lunes, 10 de diciembre de 2018

El tiempo de plastilina

He cambiado. En estos 14 minutos he cambiado. Soy una con la sonrisa y con la visión borrosa del regreso de la oscuridad. La guitarra en la pared, el retrato que alguien hizo alguna vez de mi rostro, los fantasmas de la música que escucho, el deseo robusto, sano, en forma, alado. La visión de las posibilidades. Han cambiado los paisajes, hay más colores, hay nuevas realidades, hay nuevas escalas, hay nuevos puentes para saltar al río. 

El tiempo es maleable de maneras que no entiendo completamente, pero que si pongo atención puedo percibir claramente. El tiempo es de plastilina. 

Hoy los pájaros amanecieron cantando más que ayer. Hoy volví a escribir en el computador. Hoy almorcé camarones. Hoy busqué palabras con acentos en T, P y B para mi nueva canción. Hoy la guitarra está conectada, Luna duerme, los vecinos parecen ausentes, diciembre ha encontrado la forma de ir tan rápido que su tercera parte ha llegado casi sin avisar. Estos últimos 4 días han estado más llenos de mí. El tiempo se ha dejado moldear casi a mi antojo. Me acoge, me escucha, es casi un espejo, es casi un amigo.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

Escribo

A veces no me reconozco en lo que escribo. La mayoría del tiempo. Hay una pequeña persona dictando ideas, a veces medianamente sensatas, a veces sobre-dimensionadas en un drama que es absolutamente innecesario para la vida. Las voces de la gente en la mañana, de las cosas que menos disfruto. La mañana debería ser para estar en silencio. La lluvia cae suavemente, como un bálsamo, como un abrazo, como un regalo. Mi dedo meñique de la mano derecha se siente un poco "entumecido", no sé cómo o porqué. Mi gata toca la puerta... 

Ha entrado. Ahora quiere salir. Mi cuerpo está un poco dormido, un poco despierto. Hoy escribo desde mi pequeño estudio, mirando la pantalla del computador. El ruido al escribir es cuadrado, a diferencia del ruido del lapicero en el papel donde cada letra tiene su ritmo. Mi gata se sube a mis piernas. Ahora quiere quedarse conmigo. La siento respirar. Casi puedo sentirla llenar el cuarto de silencio, o vaciar el cuarto. El ruido sigue, crece... Pero su presencia lo relega a otro plano. Mis ojos se cierran, mi espalda está cansada. 

Mi escritora no quiere que comparta estas palabras. No entiendo porqué. Bueno. Hay poco sobre ella. Ella siempre es mucho más sabia. Hoy está dormida y esto lo he escrito yo como un intento para despertarla. 

¿Mejor? 

Sí. 

viernes, 23 de noviembre de 2018

Abismo

No se puede ser libre sin cadenas. Soltar las que no quiero y adoptar las que amo.
No se puede esperar nada de una vida a la deriva sin ser automáticamente esclavos de la vida. ¡Qué rara es la libertad!

Intento asimilar el caos de este momento. Nada está claro. Todo está fragmentado. Me escondo de la duda. Bordeo el abismo y cuando debo saltar, me escondo. 

Ya no bajaré más la mirada porque he regresado a las palabras. Regreso a construir el puente a los anhelos profundos. Poco a poco ganaré su confianza y se revelarán. Me mostrarán su casa. Me contarán sus sueños, me invitarán a un café y eventualmente se quedarán a mi lado todas las noches en las que necesite un abrazo o descansar en su cueva.

miércoles, 21 de noviembre de 2018

Soy el vacío

Soy el intento fallido de ser Norah Jones, de ser Bowie, de ser Bjork, de ser Pala
La falla de la naturaleza
La que no quiere ser madre
La que salta de obsesión en obsesión para sentirse viva

Estoy cansada de saltar.
Necesito encadenarme a un sueño...

¿Qué significa ser libre?
¿Dónde puedo comprar una zona de confort?
Soy el intento fallido por estar en equilibrio

… La libertad está llena de contradicciones
... No la entiendo
Cambiaría todo por el hombre que amo
Él lo cambiaría todo por mí
Ninguno de los dos permitiría tal cambio…

A él lo conozco de un poema
Él me conoce de una canción
El amor, en su fuerza transformadora e impulsiva, nos equilibra.

Soy la búsqueda obsesiva de llenar el vacío con música.

martes, 23 de octubre de 2018

Sonidos

Mi espalda está encorvada, mis pies doblados, los sonidos de selva africana que he puesto para conectarme con algo adentro solo me están generando ansiedad. ¿Es eso un lobo?, ¿moscas?,¿gemidos de un animal?. ¿Por qué me dio por poner sonidos de la selva africana? En serio, no es una buena manera de relajarse. 

En realidad estoy muy agradecida con la civilización. Es decir, sí, amo la naturaleza, y me duelen muchas cosas, pero ¡wow!, ¡deberían estar escuchando estos sonidos y sentir lo que generan en uno! Imagino que es un recuerdo genético de otras vidas o algo así, de cuando éramos presas y debimos luchar para pasar al otro lado, al de los depredadores... Hay un ser ahí adentro que está asustado y al mismo tiempo extasiado, que está alerta y no descansa nunca, descansar es morir. Y hoy no muere. Me pregunto si a todos nos producen lo mismo estos sonidos, o tal vez, como dice mi mamá (en broma... o eso creo): estoy un poco más cerca a los primates, por aquello de mi obsesión con los micos... 

Este fue un intento fallido de encontrarme en las palabras. La vida en sí misma es un poco extraña y surrealista, ¿no les parece? 

domingo, 21 de octubre de 2018

Nadaísmo - Nostalgia

Bueno, nada, está bien no tener nada qué decir, ¿qué haces? ¿Qué escribes?... Estoy completamente a favor de no escribir nada si no hay nada, como en este momento. Es que no tienes ninguna nueva revelación, o canción, o amor, o miedo, o reto interno, o camino espiritual. A veces está bien quedarse en la superficie, ¿qué haces escribiendo? ¿Qué haces caminando hacia adentro de la tierra? ¿Qué haces cavando en tus contradicciones? ... Déjame en paz en mi momento nadaísta. 

Pero claro, tienes que escribir, y pues eso es escribir: cavar en las contradicciones, escucharlas... Y las palabras son lo de menos, a menos que no lo sean, y que esté escribiendo una décima, o un soneto, o una rima con una métrica que importa más que el viaje interno, que es una cadena de las que ayuda a que la creatividad se entrene y aprenda de libertad... Yo no tengo la culpa de ser todas las contradicciones y de que escribir también lo sea. Así es. No sé porqué, pero así es. La dificultad de alguna manera revela aspectos de la libertad que lo fácil no conocerá nunca. 

Odio y amo la nostalgia. Creo en Norah Jones,  


viernes, 19 de octubre de 2018

Camino

Estoy en el centro de un gran círculo. Alrededor caminos. tal vez 6 o 7 de mis personalidades corren cada una por un camino diferente. Cada una es ligera y apenas puede hacer resistencia al viento. Los árboles bailan. Estoy en el centro y me veo en todos los caminos, queriendo avanzar hacia todas las direcciones al tiempo. El bosque está lleno de color al frente y está reseco en la parte del círculo que hay detrás de mí. El color se empieza a degradar hasta que solo hay un camino con luz. 

Ahora soy una partícula de polvo bajo una cueva cerca al mar. Una partícula luminosa que viaja. 

lunes, 1 de octubre de 2018

Décimas de despedida

Sin tristezas y sin drama,
voy mirando las estrellas
A vivir una epopeya,
a seguir lo que se ama
Con compases de amalgamas:
son, bolero, currulao,
la sonrisa en todo la'o
cuando se persigue un sueño
Practicando lo que enseño,
soy feliz con lo baila'o

Si no han adivinado,
les cuento que hoy me voy
a nutrir eso que soy:
voz con corazón alado
Me las llevo a todos lados,
en cánticos, risas, palmas,
en la tormenta, en la calma,
en poesía, en canción
Conocerlas, bendición
que colorea mi alma




domingo, 30 de septiembre de 2018

Derecho al arte

Pasar al plano de la fantasía,
saltar al mundo donde las canciones
vuelan tranquilas, ya no tienen guiones
y se olvidaron que son mercancía

Recuerdo un día en la cafetería
Estaba en medio de mis confusiones,
buscaba en vos consejos y opiniones
Yo desde niña siempre lo intuía 

Prólogo doce cuentos peregrinos:
es el oficio que logra excitarte,
cavando hasta llegar a lo genuino

Y aunque no siempre sé cómo escucharte,
tengo un instinto visceral, felino,
que me reclama su derecho al arte.

viernes, 21 de septiembre de 2018

Mi primer soneto

Ya te extraño
Por más que yo te busco no apareces,
las olas explotando buscan playa
Ninguno es como tú, no dan la talla,
les falta esa mirada que estremece
por más que ellos me digan que es que a veces
no hay quien pueda cruzar esta muralla
le temen a los cuerpos que se estallan
le temen a los fuegos que enceguecen

La soledad abraza un alma libre
la soledad arropa un ermitaño
hace que el corazón no se disfibre 
anhelos que no entiendo y me hacen daño
que me deshagas, me desequilibres
aún no te conozco y ya te extraño


viernes, 3 de agosto de 2018

¿Cómo me atrevo a escribirme?

Mi corazón es un lugar extraño. Qué raro es mirar por la ventana que me dejó abierta. Qué raro es desear encontrar lo que todos buscamos, ¿no que eras diferente? ¿No que no necesitabas a alguien para caminar de la mano y recostarte en un torso desnudo? ¿No que la música era suficiente? ... ¿Qué es lo que duele? ¿Qué es lo que buscas? ¿Qué es lo que falta? ¿Qué es lo que escribes? ¿Por qué me buscas otra vez? Te extraño aunque no te conozco. 

Si amas, más vale que sea suficiente. Lo demás es ruido. Lo demás son sombras. Lo demás es una imitación barata. Si ayer a esta hora leyera esto, me trataría de idiota. Si mañana lo leyera, también. La que escribe solo sale a veces y delata pequeños trozos de deseos inconscientes que niego el resto del tiempo. ¿Cómo me atrevo a escribirme? 

viernes, 1 de junio de 2018

Hacer...

Hay días, ¡ay dios! Hay días... Los de menos de 12 años me entienden... Es fácil comunicarse con alguien que no piensa que es raro hacer sonidos raros o perseguir un pájaro para verlo, porque es muy bonito, y lo bonito es importante, así, "per se"... Hay días en los que pienso más de la cuenta... De hecho, creo que todos los días pienso más de la cuenta. Creo que ha pasado la etapa de pensar. Creo que ha pasado la etapa de sentir. Es hora de hacer... No es que "solo piense" "solo sienta" o "solo haga":.. Pero definitivamente hay un enfoque especial en una de estas actividades vitales... A veces soy más de los libros, a veces soy más de la música, a veces soy más del cuerpo... Ahí estamos... Hacer... Sin tanto cuento. Sin tanto drama. Hacer cosas bonitas. Como recoger un papel, o cantar una canción, o sonreír, o escribir estupideces. 

miércoles, 30 de mayo de 2018

Paz

La paz está disponible para todos... ¿Lo está? Al cerrar los ojos, ¿podemos todos crear paisajes para correr del mundo cuando se contamina? El inventario de sensaciones de hoy: busco la paz, me acuerdo de él. El músico, ¿existirá un beso más dulce? Siento gratitud por la casualidad. Llevo 5 minutos sentada, escribiendo solo unas pocas frases. Como si no tuviera nada que decir. Soy un recuerdo fragmentado. Soy una ilusión vaga. Soy nostalgia. Soy un oído. Soy vacío. Soy posibilidades nubladas. Soy una mirada tímida y curiosa. Soy unas alas sin estrenar. 

lunes, 28 de mayo de 2018

Saltemos.

Cuesta saltar. ¿Qué dices? ... Parece que costara saltar. En realidad, no cuesta nada. Es gratis. Es una ilusión. Bueno, sí hay que pagar, pero con el pasado, que, al fin y al cabo, es una ilusión. ¿O no? Decidir es siempre renunciar a lo conocido. Y en lo desconocido, hay mínimo, más colores y más opciones. No ser capaz de renunciar, es no ser capaz de asumir la vida y la belleza que trae la incertidumbre. ¡Saltemos! Cada cierto tiempo tienes que hacerlo. Porque te conozco y necesitas saltar para recargarte de la energía del sol, del agua, del viento, del cohete. 

martes, 22 de mayo de 2018

Strangeland

Strangeland. No sé porqué hoy escuché este álbum. Estoy enamorada de él. Hacía tiempo no lo escuchaba, porque así es la vida, hay más música. 

Es lindo. Está lleno de historias honestas. Me hace sonreír. Le dice a cada célula de mi cuerpo que los sueños son lo más importante. Me devuelve a los clichés alrededor de los cuales han girado siempre mis canciones. Me voltea la mirada hacia mi propia experiencia vital.

Todo lo que pueda escribir al respecto es obvio, y sin embargo, a veces el cuerpo no lo asimila. Está bien tener un poco de miedo, el amor es lo que importa, escuchar al corazón que he lanzado lejos, seguir la música que ha estado haciendo... Lo demás es extra. 

Gracias Keane.

lunes, 21 de mayo de 2018

La calle

Al lado de "La chiquita", él dormía. Carros, humo, plantas, ante-jardines, el letrero de Calle 66b solo a unos metros... Justo en el momento en el que lo miré, cambió la posición de sus pies. Los cruzó para el otro lado y volvió a su posición original. Con sus zapatos a medio poner, encorvado como un caracol, con sueños que todos despreciamos. ¡Qué hermosa y despiadada sociedad esta de la que soy hija! Lo miro desde la distancia, que sin saberlo, sin pensarlo, sin quererlo, es una distancia moral, un muro de superioridad; "¡seguro tomó malas decisiones! ¡Seguro no es una buena persona! ..." Prejuicios, valoraciones basadas en la apariencia de unos segundos... Cambia el semáforo. 

Cambia el paisaje. Hay flores en casi todas las calles. Hay árboles con frutos. Hay pájaros en los parques. Hay gente que corre, gente que sonríe, gente que blasfema con su mirada, gente que parece estar perdida en otro tiempo. Veo el humo saliendo de la misma fábrica, a la misma hora, incomoda verlo confundirse con el paisaje. Un pájaro vuela a través de él y se pierde en la distancia. Lo demás ocurrió mientras dormía. 

viernes, 18 de mayo de 2018

Actos fallidos

Ayer compré unas arepas. Las pagué y me fui sin llevármelas. A veces hago eso. Pago el precio, trabajo, termino proyectos... y me voy. Sin reclamar nada. No siento que necesite reclamar nada, o tal vez no esté acostumbrada a hacerlo. Me entrego... y me voy... No tengo nada que tomar. Nunca lo había notado hasta ayer cuando llegué a casa y noté que no había tomado las arepas. Casi siempre esos "actos fallidos" nos hablan. (Algo de cierto debió haber dicho Freud). 

jueves, 17 de mayo de 2018

Jueves 17 de mayo de 2018

Dime algo. Hazme saber que la que está al frente de la pantalla está sentada escuchando los extraños pájaros, sintiendo un poco de malestar, medio despierta, medio deshecha, con el alma en blanco y negro, esperando cualquier color. 

Cuéntame lo que sabes y yo no. Que hace apenas unos minutos tenía una sonrisa que parecía infinita, y que dentro de otros minutos estaré buscando resolver uno de los mil asuntos urgentes para cumplir con los ítems del cheklist de un jueves 17 de mayo de 2018. El único jueves 17 de mayo de 2018. ¿Sí sabes eso? ¡El único jueves 17 de mayo de 2018 que existirá!

Cuéntame que todo es medio mentiras unos segundos después, cuando lo leas; pero también que fue cierto cuando lo escribiste. Que no me conozco. No es posible conocerme. Conozco en la que me voy convirtiendo a cada instante, pero los instantes nunca se quedan. A veces pienso que los instantes no llegan a existir en este mundo. 

Cuéntame que estarás fluyendo. No sé cómo. No sé porqué. Pero a veces lo haces. ¡Enséñame!

miércoles, 16 de mayo de 2018

Letras

Cortan la hierba. Canta la ciudad. El humo de la fábrica que a veces se confunde con la niebla o con las nubes, hoy, en una mañana en la que el sol de las 6 am es ya amarillo, es claramente humo que sale de la fábrica. ¿Será que los habitantes del puente miran el humo e imaginan figuras? 

Mis párpados pesan. No es que pesen realmente, es que los siento cada que se cierran. Se cierran hoy un poco más despacio. En  mi espalda, nudos. Me acomodo como cuando mi gata se estira. Los nudos se deshacen, o por lo menos, algunos de ellos. Unos suenan, otros no, unos se quedan allí dormidos. 

Tengo un par de audífonos pero no estoy escuchando nada a través de ellos. Como si abriera un libro y me quedara mirando la hoja y convirtiendo el texto en un paisaje de hormigas. 

Hoy, como notarán, no tengo nada que decir. Debería estar adelantando algo de trabajo. Si lo pienso, no es posible hacer todo lo que tengo que hacer en el tiempo destinado para ello. Mi mente es un computador cuando abres 200 ventanas. Escribo para intentar cerrarlas... Y luego abrir una sola. Una tarea a la vez. Creo en el poder de la escritura más de lo que creo en cualquier dios. Escribir para expandir el tiempo. Oh poderosas hormiguitas cuenteras, no me abandonen nunca. 

martes, 15 de mayo de 2018

Locos

Hoy me gustaría salir corriendo detrás de un pájaro. Qué difícil trabajar. Qué difícil estar aquí sentada fingiendo cierto nivel de "normalidad", mi voz está enjaulada. Yo solo quiero cantar... La jaula es invisible... y eso es mucho peor que si fuera de barrotes de hierro. Si no lo escribo, no la veo. La escritura es polvo mágico que visibiliza lo invisible. 

Las guacamayas hacen ruido. ¿Qué clase de persona no quiere salir a buscarlas y verlas, y hablarles, y cantar con ellas? Uno debería parar todo lo que está haciendo cuando las escucha. Los cuerdos parecen locos... Voy construyendo poco a poco el nivel de cordura que le permita a mi espíritu brillar.

Loco el que rige su vida por estándares ajenos, el que no entiende que al cerrar los ojos antes de dormir, estamos atrapados con nuestras decisiones, nuestros recuerdos, nuestras sensaciones. Querer complacer, querer impresionar, tener miedo de ser uno mismo, de ser diferente, ¡es que asusta!... Estamos locos. 

lunes, 7 de mayo de 2018

Energética

Hoy el camino estuvo más corto. La ruta no cambió, cambió mi relación con el tiempo. ¿Qué estarán diciendo unos pájaros a otros? Estoy segura de que hoy están felices. Suenan felices. Suenan a carcajada de colibrí. Dirás que siempre cantan igual. Pero no. No sé nada de pájaros que no haya aprendido escuchándolos todos los días. No necesito saber más en este momento para entender que están emocionados porque intento ser parte de su especie. Tú, humano, dirás que ellos se molestan cuando intentamos ser como ellos, o que no les importa... Pero mi relación con ellos es diferente. Es energética. Como el momento en el que saludé a ese desconocido. Dirás que no sé nada de él, no sé nada humano de él, no lo sabré, no me interesa. La conexión fue entre seres que saben volar. 

domingo, 6 de mayo de 2018

Toda lucha es conmigo

Regresé del concierto de Pala. Nunca he conocido a alguien tan feliz. Todo en su vida es suyo. Me gustaría ese nivel de coherencia. Parece todo estar tan claro, tan resuelto, tan natural. Yo en cambio estoy siempre incompleta, siempre sin resolver. No he encontrado mi lugar en el mundo. Tal vez no exista. Tal vez no importe cuánto intente encontrar un hogar si mi destino es divagar, encontrar solo casas temporales para mis emociones. 

No está bien. No está mal. No importa realmente.  

A veces la música me sana. A veces se esconde y cuando toco el piano, no me dice nada. A veces las palabras abren camino. A veces no, a veces son muchas letras persiguiéndose la cola. A veces mi voz tiene su propia voluntad, la sorprendo cantándome, me invita a escucharla, me salgo de mi cuerpo, mientras ella se adueña de mí. No siempre. A veces se encierra en un cuarto y debo llevarle el desayuno, acariciarla, decirle que está bien, que está a salvo. Me dice que a veces encuentra laberintos cuando intenta salir. Nudos en mi garganta, muros en mi cara que no la dejan volar. Toda lucha es conmigo. Lo demás es pasajero. Alex llamó. No era nadie antes de llamar. Lo había olvidado. La gente pasa. Que el viento se lleve lo que pesa o le estorba a mi voz para salir. 




jueves, 3 de mayo de 2018

Fin del mundo

La ciudad florece. Hay pequeños brotes amarillos, morados, verdes, naranja, blanco... Los azulejos, los carpinteros, las guacamayas... todos cantan. Me gustaría cantar, cantar de verdad. He estado jugando a cantar, trabajo cantando, enseñando a cantar do re mi. Extraño la voz visceral, real, vulnerable. La que tiene miedo, sí, tiene miedo porque se entrega y no sabe qué recibirá. La que está ahí a veces fuerte, a veces temblando de emoción, a veces herida, a veces tranquila. Pero no está nunca bien o mal. Es imposible ponerla ahí, porque es mía, es real, está conectada. Esos calificativos es como tratar de decir a Pollock que necesita hacer formas precisas. 

Hay un pájaro que hace un increíble crescendo y decrescendo en este momento, ¡ustedes no saben! Participa de este escrito como si leyera mis pensamientos antes de llegar al papel. Extraño mis canciones. Me he estado escondiendo, y es hora de reconocerlo de una vez por todas. Sí, he estado haciendo muchas cosas, es fácil decir que no tengo tiempo, pero me digo mentiras a mí misma, "necesito estudiar más los pianos", "pulir la voz para que sea perfecta", para que puedan decir "no me gusta", pero no puedan decir "está mal"... 

¿Qué significa eso? ¿Desde cuándo tengo tanto miedo de que mi música no sea lo suficientemente buena?  Es hora de enfrentarlo. Es hora de cambiarlo. Es hora de poner una fecha y cumplir la cita con mis canciones. Es hora de cumplir las promesas que he hecho a mi voz. Está cansada de estar enjaulada. Envidia los pájaros. Hay un CD en mis manos y yo tengo "pánico", sí, "pánico" de que sea demasiado "oscuro", demasiado "diferente"... 

Soñé que tenía nódulos en mi garganta. Mi voz está hablándome. En el sueño había una excusa para no sacar toda mi voz. Pero cuando despierto, no lo hay. Ella nunca me perdonará si ahora que sé lo que trata de decirme, no le hago caso. Hay una crisis en mi interior que necesita resolverse en estas dos semanas, porque si no, se los juro, ¡es el fin del mundo!


lunes, 30 de abril de 2018

Nunca supe su nombre

Rock and Roll de los 90. Dos copas, una con ron, otra con limón. Mi hermana tomaba una cerveza artesanal. Fuerte sabor a madera seca mi boca, como cuando me fumo un porro. No es sed. Es solo una pequeña sensación abrasiva. Mi cabeza está siguiendo la guitarra. No puedo evitar dejar de pensar en las voces un poco desafinadas. La banda es de una chica y un chico argentinos. La chica rubia y delgada con su guitarra eléctrica rosa; el chico moreno y de pelo largo con su guitarra (creo que era negra, no lo recuerdo). Había algo dulce en ellos. Creí pensar "le sudan las manos", no sé porqué.

Este bar tiene una especie de muros incompletos que hacen que el que pase por el frente esté como temporalmente adentro, aunque sin entrar. Parece invitar al que pasa a mirar, saludar, participar por unos segundos de lo que está pasando adentro. Así fue como nos encontramos. Él pasaba por ahí y se quedó mirándome a los ojos, como si me conociera. Yo hice lo mismo. Sonreímos, nos saludamos, fuimos cómplices de una travesura infantil. Me pidió que saliera a su encuentro. Salí. Hablamos. Reímos. Hubo tiempo hasta para un abrazo. Me presentó a su amigo. "Es algo energético, te vi ahí tan hermosa"... "Sí que fue algo energético"... (No lo dije en voz alta, solo con mis ojos: "también eres el chico más lindo que he visto en mucho tiempo")

Entendimos que esa pequeña intersección energética era en sí misma especial. Él siguió su camino. Yo regresé al bar. Nunca supe su nombre. 

jueves, 12 de abril de 2018

Lento

¿Por dónde empezar? Hace tiempo que no escribo. Escribir es pretender ser estúpido cada vez que lo intento, disfrazar verdades con mentiras, hacer sonar ridículo, cliclé, innecesario, lo que en realidad es importante, vital, de vida o muerte para una voz... 

A el que escribe no le queda de otra que ser humilde. Se enfrenta con su propia estupidez e incapacidad una y otra vez; la mira a la cara, la reconoce. Es escuchar y ser incapaz de transmitir la belleza o la ridiculez humana que llevas por dentro y que adentro es visceral y fuerte; y afuera, en palabras, no es ni una mala caricatura, no llega a ser ni a un mal cover de una gran canción. 

Es que no importa cuántas palabras use, no podré explicarte lo hermoso que cantan los pájaros hoy, ni lo irritante que son los gritos de los niños casi siempre. No podré explicarte las ganas de mi corazón de escaparse de mí cuando sigo instrucciones y él se siente rebelde y creativo. No podré explicarte lo difícil que es el día a día casi siempre. Levantarse todos los días a una misma hora, cumplir con una serie de labores que a veces tienen sentido y otras veces no... Hacerlas, encontrarles sentido a veces y otras veces no. 

Las cosas que a casi todos les parecen normales, son para mí batallas épicas, o dolorosas discusiones de mí contra mí... 

¿Es esto todo lo que puedo hacer? ¿Soy aquella guerrera todavía?  ... Crezco, lo siento, lo reconozco. Pero siento que crezco a la velocidad más lenta a la que le es posible crecer a un ser. Me gusta la lentitud. Peleo contra todo el que no la entiende, la defiendo. Pero lentitud: a veces dueles! A veces confundes! A veces pesas y me encorvas los hombros! A veces cuesta amarte y me haces sentir sola! Y no sé si lo sabes... Pero eres todo lo que tengo. 

miércoles, 21 de marzo de 2018

Irse

Me he ido. Es de esos días en los que no estoy. ¿Dónde estoy? Sé que estoy contigo, dime a dónde me has llevado. Mis ojos cansados no transmiten información a mi cerebro. Se la quedan para ellos. Mis manos cansadas escriben sin prestarme atención. Me gustaría, no sé, como estar sumergida en agua tibia o en uno de tus abrazos, es igual. 

Suena Pink Floyd en mis oídos y es como si la música estuviera leyéndome. La guitarra habla con el saxofón, el piano se vuelve dulce, deja de lado las disonancias por un momento, y se va... Estoy acá, con pendientes que pesan en los hombros, con pendientes que cuesta solucionar, que incomodan. ¿Estoy acá? 

martes, 20 de marzo de 2018

Gama de grises en el cielo

El humo se extiende por la ciudad. Un aire pesado cubre las montañas. Subo la ventana para evitar respirar demasiado. Un gallinazo pasa con su vuelo de águila y se eleva sobre el cielo opaco. Se pierde en el horizonte. 

Escucho Brahms. "El del baile de Drácula", así es como yo recuerdo esta música. No sé qué más decir en un día en el que los pájaros siguen cantando y la música sigue sonando, una gama de grises se apodera del verde y del azul de otros días, nadamos entre el humo. El cuerpo lo sabe, respirar es diferente hoy.

Los sonidos de la podadora opacan los demás sonidos, y parecen opacar también los sonidos de mis pensamientos. Mis hombros están contraídos, acumulan las expectativas de la semana. Me espera una semana diferente. 

Me gusta lo diferente, pensarte es diferente. ¿Cómo fue que te colaste en mis pensamientos? Te llevo en mi piel. Me gusta tu cercanía. Me gusta besarte. Me acelero cuando recuerdo tus manos en mi espalda. 

martes, 13 de marzo de 2018

Loops

Otra vez. Otro día. Otras palabras. Otro desayuno con huevo. Otro café. Otro vaso de agua. Otra melodía. Otra canción. La misma canción otra vez. Otra vez digo buenos días. Otra vez te extraño. Otra día en el que no te conozco. Otra vez me pierdo en ensoñaciones lejanas. Otra vez respiro y me expando para regresar a mi cuerpo. Otra vez escucho Norah Jones.

Loops que parecen infinitos... Solo que no lo son. Romper las rutinas para recordarme que no lo son. Tener rutinas para poder romperlas con gracia. Romper las estructuras de las canciones. Destrozarlas y reconstruirlas. Maldecirlas y acariciarlas. Imaginar mi vida sin ellas y regresar pidiéndoles perdón. 

lunes, 12 de marzo de 2018

Salvavidas

Estoy viajando en su voz. Norah Jones es un ángel. Mis manos se mueven al vaivén de una guitarra. Se detienen porque quieren flotar sin necesidad de escribir palabras. No entienden qué hago sentada frente a un computador hablando en un idioma que no entiendo. Las palabras a veces son tan extrañas y confusas. Las palabras no alcanzan para describir lo importante. No alcanzan para describir la soledad y la necesidad de curarla, de adornarla, o por lo menos de endulzarla. La música es mejor, es superior. La música sí puede darle un sabor dulce a la soledad.  Me aferro a ella como a un salvavidas. El día en que la suelte, me ahogaré

jueves, 1 de marzo de 2018

Sentido

Sonidos del ventilador, sillas que se mueven, voces en la distancia... y están esos micro-sonidos que no me esfuerzo por entender... 

En mis oídos sonidos del interior de una selva, y mis sensaciones viajan aunque siga sentada frente a la mesa de madera, con un vaso azul que me hace recordar un bar, con una taza que tenía café y que ahora tiene la semilla del durazno que acabo de comer. 

En mi boca, la saliva aún me recuerda que las frutas me sientan bien. Mis piernas cruzadas disfrutan del encuentro. Mis manos frías se apoyan sobre el teclado del computador y extrañan las teclas del piano y los bigotes del gato cuando se rehúsa a ser menos importante que una melodía. 

Mis hombros están guardando recuerdos y preocupaciones. Mis ojos como lentes desenfocados y ausentes. Mi garganta, abierta, como cuando quiero cantar, como las flores, como los pájaros cuando abren un copete rojo, como yo cuando me excito, como mi corazón cuando se abra el portal... ¿Se abrirá? 

No me gusta la fe en que algo traerá sentido a mi vida... Prefiero crearlo. 

Lo más cercano a la extraordinaria sensación de amar es crear música. Música bella. Música en la que sienta que estoy "parada sobre los hombros de los gigantes", "volando sobre los verdaderos dragones"... Nada me hace más feliz que estudiar a los grandes. Ellos me hablan. Ellos me abrazan. Con ellos la soledad tiene más sentido que cualquier compañía. 

miércoles, 28 de febrero de 2018

Sensaciones

¿Cuál es el alcance de esta sensación?  Entrenarse en sentir es entrenarse en captar lo sutil, es desintoxicarse de tantas imágenes, de tanto ruido... Nos estamos quedando sordos, nos estamos quedando ciegos, nos estamos haciendo insensibles a la belleza. Hay quienes dicen saber mucho sobre sexo, y en realidad parecen no saber nada sobre el placer. 

La inocencia nos rescatará, nos dará un poco de agua fresca. Ella es tan refrescante como el sonido del agua, de las hojas, de las pisadas solitarias, el sonido de los intentos de silencio. Perderse en el canto de ese pájaro, expandir el instante, habitar mi cuerpo, permitirme conocer el mundo. 

Los sonidos de este día son una sinfonía diferente a los de cualquier otro. ¿Cuántos universos caben en mí?, ¿cuántas canciones?, ¿cuántas obras honestas y llenas de sensaciones seré capaz de componer? ¿seré capaz de tocar?

miércoles, 21 de febrero de 2018

Vida

¿Qué significa no existir? ¿Desaparecer? Las palabras no solo se quedan cortas, sino que parecen irrespetuosas ante una persona que siente el vacío, que mira a la muerte a los ojos. Las palabras son lo único que tengo en este momento. La música es más sabia que ellas. 

Pensar en la cercanía de la muerte parece llenar cada segundo de sensaciones, parece traerme de vuelta a mi cuerpo, a lo hermoso que es respirar. El café caliente está deslizándose por mi garganta, los músculos de mis brazos tiemblan suavemente recordándome el entrenamiento de ayer, mi cabeza se ladea hacia el lado derecho como si tratara de escuchar a alguien que me susurra una melodía en mi oído izquierdo, aunque según creo, no hay nadie aquí conmigo. El aire se desliza suavemente. Estoy viva. 

martes, 20 de febrero de 2018

No es suficiente

Quiero que tu boca luche contra tus ganas de maldecirme. Quiero que se calle, que sienta cada célula que se escapa de mi piel y que se sumerge en tus labios buscando otro hogar. Que a veces pierda, que a veces gane; pero que luche como si la vida de un beso estuviera en juego.

Quiero que tus manos no teman a la lucha contra la gravedad de la suavidad de mi piel, aunque a veces ganes, a veces pierdas.

Quiero que me esperes, aunque mueras por seguir a ese paso acelerado que es el único que conoces... Pero aún así, quiero que te acerques y quiero que me esperes... Que interpretes el movimiento de mis caderas... Que te sumerjas lentamente; que escuches el ritmo de mi respiración que está acostumbrada a expandirme, a elevarme, a andar a paso lento; como quien vivirá por siempre. 

Quiero que me trates con toda la dulzura de la que seas capaz. Que te quemes conmigo solo cuando mi fuego se encienda. No antes. 

Afecta mis siete sentidos. No quiero menos... Menos no es suficiente. 

lunes, 12 de febrero de 2018

Cuentero

Se pregunta si estará destinada a mirar el mundo desde la ventana... Teme aceptar que por las noches extraña sumergirse en unos brazos que vayan a quedarse un poco más... Tiene miedo de aceptar que está cansada de lo pasajero. Tiene miedo de soñar con alguien a quien tal vez no llegue a conocer. 

Ella se pregunta si su vida es la de un cuentero, un coleccionista de momentos que apenas entiende, que se hacen borrosos luego de algunas semanas. Ella busca atraparlos en canciones, darles vida, darles un poco más de sentido. Ella está siempre triste, siempre anhelante, siempre sedienta. 

lunes, 29 de enero de 2018

Día de mierda

Odio los libros de motivación, los que salen al por mayor y se venden porque prometen cambios fáciles... No creo en los cambios fáciles. En cambio me encantan las lecturas Zen, las de libros viejos, que han sobrevivido centenares de años, la sabiduría que requiere pensar un poco, o que a veces es simple, sencilla, y aún así, sorprenderte, ¿por qué no había pensado o vivido de esa manera? ... Los que te invitan a enfrentarte con la verdad, con el día.

Pero los libros de motivación, las mentiras que te dices para hacer más llevadero el día, las frases que repites como si estuvieras lavando tu cerebro, los escritores que te creen increíblemente tonto... 

A mí me funciona lo contrario. Hoy era un día de mierda... Tengo gripa, no quiero hablar a niños, no quiero escucharlos, no me interesan... y lo haré! porque es mi trabajo, porque soy profesional. No es que no me guste mi trabajo... pero, a veces uno quisiera no hacer nada por los demás, a veces uno siente que necesita nutrirse... 

Así empezó el día... Era un día de mierda... Aceptarlo, enfrentarlo, no disfrazarlo, vivirlo con mi dolor de garganta, mi pequeño malestar, mis pastillas antigripales, mi apatía... y porqué no, de repente, hay unos minutos para tocar el piano, resuelvo la rítmica del piano de aquella canción que estoy versionando, hay unos minutos para escribir, hay un chocolate y hay café... Y sorprendentemente hay duendecillos traviesos que se transforman cuando juegas a ser directora de orquesta frente a ellas con sus flautas de primaria... 1, 2, 3, 4... y sonríen, y sienten que hacer música es mágico. No está tan mal después de todo este día de mierda. 

Sonrisa

Mis manos están frías. He notado que cuando toco el piano y cuando estoy emocionada subo los hombros, este movimiento acumula nudos, acumula recuerdos... Es como si mi cuerpo quisiera acumular los momentos que le gustan. Pero está bien, no tienes que cargarlos... Es un peso innecesario porque los momentos disecados pierden el aroma. 

Hoy amaneces en mi mente. Seguro estás perdido como un autómata haciendo lo que sea que estés haciendo. Sentado frente a un piano, hablando con alguna persona, sentado frente a alguna mesa de madera. Seguro eres un autómata porque estás completo y vivo aquí, conmigo, esta mañana. Seguro en tus labios hay una sonrisa. 

En mi boca, un sabor a naranja. En mis oídos también un sabor cítrico. La música, sin importar que tan desgarradora, es hermosa. Pertenece a un universo donde el dolor es tan bello como el amor o como tus caricias. Tú perteneces a ese universo también. Tú entiendes cosas que quiero entender. No te idealizo, no creo que seas mejor, o peor que yo... Es solo que tu alma es bella. Siempre sonrío cuando pienso en ti. 


viernes, 26 de enero de 2018

Camino de vuelta

Anticipo que será una mañana intensa, uno de esos días en los que es fácil perder el foco y mirar donde no hay nada importante. Lo anticipo, lo acepto y me perdono por ello. Confío en que he aprendido a encontrar el camino de vuelta. 

miércoles, 24 de enero de 2018

En mi piel

Tengo curiosidad por lo que voy a escribir a continuación. Resulta que ha sido una mañana como todas, pero feliz. Nada es diferente. Los gritos insoportables, la alegría que hace ruido. Los niños hacen ruido. Odio el ruido. Pero no importa, hay algo de magia en estar feliz entre cosas que no soportas. No lo sé explicar. Está bien. Acepto y sonrío. Es un momento extraño. No todos los momentos son como hoy, ni lo serán. Escribir para reconocerlo, para saber que este momento existió. Que por lo menos durante unos instantes, esta vida lo vale todo. 

Resulta que escribo más cuando estoy triste, cuando necesito escapar de una emoción, cuando busco refugio en algo más, cuando estoy aburrida y nada parece curar el aburrimiento. Cuando estoy alegre como hoy, hago otras cosas... Toco piano, canto, hablo con la gente. 

Ayer estuve tan conectada con mi cuerpo que no parecía posible que alguna vez no lo hubiera estado. Esa conexión sigue acá. Me gusta estar en mi piel. 

lunes, 22 de enero de 2018

Mirar a los ojos

No estoy cómoda. Estoy feliz pero no cómoda, y eso está bien, y así quiero que sea. La comodidad es el enemigo de los sueños. 

Hoy, al abrir los ojos me sentí incómoda con el nuevo día. Entrené, como todos los días. Un entrenamiento, una cucharada de adrenalina justo antes del café. Acepté cada uno de los pensamientos, de las sensaciones... A veces entrenar es placentero... Hoy no lo fue. Lo acepté. No había nada que pudiera hacer salvo lo que estaba haciendo. Continuar. Escuchar. 

Acepté que sentía que era un día de mierda. Lo abracé. Acepté que en mi mente habían ecos de comentarios incómodos del día anterior. ¿Será cierto? Prometí hacer cosas que no haré. Los pensamientos negativos no son un enemigo, son perspectivas, y no las ignoro porque estoy viva, y puedo aprender.

Poco a poco y casi sin darme cuenta encuentro cierta dulzura en el nuevo día, cierta curiosidad y gratitud conmigo misma por la capacidad de mirar a los ojos al miedo, hablarle y sentarlo a mi lado. 

viernes, 19 de enero de 2018

Caminar

Poco a poco despierto. Mis piernas son raíces que se conectan con la tierra. Se extienden kilómetros hacia adentro. Se expanden y se conectan con el centro. Allí donde solo es posible ser. Allí donde huele a montaña y el agua sana. Mis piernas son la tierra. No dejo de caminar. No dejo de girar. 

miércoles, 17 de enero de 2018

Más

Más... Necesito más... Sentir que mis límites se difuminan.  Retos que hagan saltar mi corazón. Estoy cansada de que el reto sea resistir, ser paciente, buscar soluciones que no me corresponden... Abrir caminos para quien no quiero caminar. 

Quiero volar. Sé que tendré miedo, pero sé mirar el miedo a la cara. Tengo mucho más para dar. Tengo mucho más para decir... Y me estoy muriendo por hacerlo. El tiempo pasa. Y no permitiré que sea en vano. No permitiré llegar al final de mi vida sin haber llevado mi corazón al extremo. 


martes, 16 de enero de 2018

Necesidades

Lámparas, pájaros, teclas, voces, murmullos, pasos, gritos, el viento, las puertas, las hojas... El mundo sonoro de este instante, en esta silla.  A veces necesito la música del mundo. O la música que sale de mi cuerpo. La adicción a un ruido moderado. O más bien, la necesidad de un ruido moderado.

 La necesidad de parar, de callar, de volver la mirada adentro, de ir despacio, de cerrar los ojos, de esconderme. Esconderme para reconocerme y poder volar con el corazón sembrado en la tierra. La necesidad de saber quién soy. 

El día...

Tengo una certeza. Voy a sobrevivir el día... No me preguntes cómo... Es un misterio que resolveré segundo a segundo. Es un combate; o más bien, una batalla sorpresa. Estoy cansada. Sí, lo sé, es martes, son las 7 am. Pero, qué hago si estoy cansada, qué hago si me pesan los párpados, la piel, las piernas, la voz. Qué hago si quiero meterme bajo las cobijas e imaginar que estoy en una cueva subterránea... Y... no puedo. Se llama trabajo y aquí estoy, contra mis voluntades más animales y haciendo caso a mi malvada mente racional.

lunes, 15 de enero de 2018

Puente de la 4 Sur

Puente de la 4 Sur. Paso todos los días por allí... La primera vez que pasé fue para encontrarme con él. Hacía poco lo habían inaugurado. No sé porqué ese recuerdo estaba dormido, y no sé porqué hoy, de repente, despertó. 

Nos quedamos de encontrar a las 8, ¿8 de la mañana? ¿8 de la noche? No lo sé. Con él no importa. Él es diferente. Él me intriga. Pocas personas lo hacen. La mayoría de las veces quisiera equivocarme, conocer los matices de dolor en una mirada tranquila, o los matices de sabiduría tras esa persona aparentemente superflua, o un poco de carácter infantil tras esa persona seria... Tal vez aún no llego a conocer el alma de las personas como me gustaría... Todos somos contradicciones. Contradicciones hermosas. Me encantan las contradicciones. 

A él no logro descifrarlo, y eso me fascina. Sus palabras me sorprenden siempre. Parece haber vivido más que todos nosotros. Su sabiduría me conmueve, es dulce y poderosa.

Tal vez ese día hacía frío, pero yo no lo sentía. Tal vez hacía calor, pero no era importante. El tráfico estaba tranquilo, llegué tarde porque tardé desayunando... Ahora recuerdo, la felicidad de una conversación musical un miércoles en la mañana. 

domingo, 14 de enero de 2018

Adentro

Las pequeñas tensiones quieren llamar mi atención. Amanecí con un tirón en mi mano derecha y en mi pierna izquierda, tal vez por el entrenamiento de ayer. Mi gata juega detrás de la cortina, reconoce mi estudio, o más bien, uno de sus cuartos. 

Se empiezan a escuchar las voces de los vecinos. El papá que despierta a sus hijos porque es hora de desayunar, la mamá que discute, el que habla cosas de domingo, el que busca algún objeto, el que hace alguna pregunta... son palabras difusas.

Los pájaros que hace una hora cantaban extasiados, están un poco más tranquilos. Algunos se posan en la palmera, otros vuelan en círculos grandes, otros se van para otros árboles; otros llegan, otros parecen mensajeros entre un árbol y otro. 

Aquí huele un poco a frutos rojos, un poco a café. Noto que mi respiración es superficial y que el aire no me expande. Mis pensamientos también lo son; no me expanden. Están acá, sentados conmigo, mirando la pantalla del computador, un poco difusos, un poco dormidos, un poco normales, un poco enredados. 

No hay preguntas que no pueda resolver. No hay nada que importe más que los procesos internos. ¡Qué fáciles a veces! ¡Qué difícil es recordarlo la mayoría del tiempo!  Hay que recordarlo siempre; a veces todo lo que busco es la confirmación de esto en alguien más. En él (ojalá existieran más personas como él), en los grandes libros, en la música que me desgarra o que me sana, en las palabras que escribo y que viajan en espirales al rededor de la misma idea. Todo está conectado. 

jueves, 11 de enero de 2018

Bowie

A veces no escucho el ruido del ventilador, así como no escucho los pájaros, ni las voces, ni los carros, los pasos, las hojas, la respiración. Es fascinante como las emociones pueden afectar el cuerpo. El miedo me hace temblar... el amor también... La alegría me hace tener una risa que se dibuja sola y a su antojo, a veces, contra mi voluntad porque me quiebra la voz. Aunque qué bonitas son las voces que se quiebran. ¿Qué tiene Bowie en su voz que parece quebrarse con tanta gracia? ¿Cómo haces para entregarte así? Estás conmigo hoy y nadie me puede decir que no. ¿Cómo haces para ser emotivo, vulnerable y poderoso? Te amo Bowie. Te amo. 

miércoles, 10 de enero de 2018

Canela

Un olor suave que no logro reconocer. Es cálido, dulce, tal vez canela; parece que viene de las baritas de incienso que hay en ese lugar. Me encuentro conteniendo la respiración cuando estoy asustada, como en este momento. 

La última vez que salté tenía miedo. Temblaba; tenía un nudo en el estómago.  Tenía miedo, mucho miedo; pero no lo dudé un segundo. Salté. El miedo me miró espantado. 

¡Hola! Con voz entrecortada le hablaría, no para que me diga qué hacer, sino porque sé que en el fondo siente lo mismo que yo. Se ha sentido perdido, se ha sentido solo, lo ha amado y lo ha odiado. 

Mi cabeza está "embombada" (¿esa palabra existe?), me cuesta escribir así como me costó abandonar mi piano esta mañana. Toqué tal vez por menos de un minuto; mi gata se acomodó tal vez 5 segundos en mis piernas. Era mi momento... y sonó el celular, debía salir, de hecho, iba tarde. ¿Qué es esta vida donde nada es suficiente? ¿Donde no es posible sentarse de madrugada a tocar el piano? ... Seis meses más... Solo seis meses más. Tú puedes con esto. 

martes, 9 de enero de 2018

Tocar

Estoy en una habitación. Él está ahí. Él no importa, es decir, no sé quién es en este momento, pero en la habitación, en ese universo, en ese otro tiempo, él es un pozo de agua cálida para sumergirse y ahogarse por algunos instantes, hasta por fin respirar, como si el aire fuera lo único que importara. Ese aire que se va acomodando por todos los rincones de mis pulmones. Ese aire que expande mi estómago y que mueve mis manos. Ese aire que respiro cerca a su entrepierna. 

Y el jugo de naranja. Tan dulce como ese momento.  Sé cuál es su origen y sé cada uno de los defectos que tenemos en común. ¡Qué complicado es! ¡Me exige amor! Me gusta acariciar su rostro. Me gusta tocar el piano con un vaso de jugo de naranja mientras sale el sol. 

lunes, 8 de enero de 2018

Otra

Nunca soy la misma. No podrías describirme. Nunca fui dulce como ayer. Nunca acaricié el rostro de un hombre y besé su cuerpo, suave y despacio; sin miedo a parecer de porcelana, sin miedo a derretirme por los rincones. Nunca antes metí mi cabeza bajo unos brazos como un gato que se acomoda en su rincón. Nunca quise acariciarlo como quien ama, como si fuera mi piano, como si fuera un miembro de los "Buendía" de García Márquez y mi soledad estuviera a punto de curarse.

Por un momento fui un pedazo de su reflejo, y él era música. Por un momento me abandoné y jugué a ser  alguien que cree en cosas en las que yo no creo. 

Tal vez jugaba a ser otra. Tal vez hay partes de mí que aún desconozco.