lunes, 19 de septiembre de 2016

Cuando elijas quedarte y entiendas de lo que estoy hablando...

Sé que de cierta manera me estoy acercando a ti. Es un acto de fe, pero estoy lista. Sé que cuando llegues, te sabré querer. Tengo tanto para darte; un corazón tranquilo y limpio, muchas tardes llenas de sorpresas. He aprendido a moverme al ritmo de las hojas, a acariciarte tan suave como nadie nunca lo ha hecho  y a hacerte sentir lo más fuerte que puede sentirse un ser sin colapsar... o colapsando. He aprendido a subirte en una nube y a abrazarte como nadie te ha abrazado. He encontrado algunos rincones para llevarte cuando tengas miedo viajando siempre en una nueva melodía. 

Cuando elijas quedarte y entiendas de lo que estoy hablando... 

sábado, 17 de septiembre de 2016

Gestión de la adrenalina

Cuando uno hace música, se permite emocionarse, salirse de control, desbordarse, mostrarse tal cual es, vulnerable ante la gente. He hablado mucho del miedo. Mucha gente habla de lo importante de superar el miedo, de cierta forma sabemos que para alcanzar lo que queremos tendremos que tomar en cuenta que "da miedo".

Pero hoy quiero hablar de lo bueno, cuando no tienes miedo, te dejas llevar y tienes momentos en los que tu cuerpo se llena de adrenalina, momentos increíbles, porque pasa algo extraordinario, una canción buenísima, un reconocimiento, una conexión especial con las personas... La vuelta a la normalidad, aprender a bajar paulatinamente la adrenalina para continuar estudiando, mejorando, cumpliendo con tu deber. 

¡Bienvenidos a una conversación con mi otro yo!

Si yo pudiera escribir un módulo para gestionar la adrenalina, tendría las siguientes temáticas a tratar en clase de Gestión de la adrenalina para músicos... (pero aplica para todos)

1. El disfrute del momento sin juicios: Este no es un momento para dudar, siempre hay algo, por más mínimo que sea que se sale de los parámetros que uno se va poniendo de lo perfecto... Este no es el momento para evaluar. Hay que tomarse un vino o comer algo rico y celebrar el momento. 

2. Respiración profunda: Es lo menos que uno quiere hacer, pero lo más importante. Cumple una función doble, traernos de vuelta al momento presente y guardar ese momento para crecer. 

3. La adrenalina se va: Antes del cuerpo volver a su normalidad, uno siente un pequeño bajón, "odia la canción nueva", "siente que las cosas no fueron tan geniales como uno pensaba", "no todo fue perfecto"... incluso escucha voces interiores que te juzgan... No pasa nada, hace parte del proceso.

4. La vuelta a la normalidad: unos días después uno vuelve a la normalidad. Se mira hasta con ternura, reconoce lo bueno y lo malo de aquel momento mágico, de forma menos emocional.

5. El aprendizaje: Como cantante me gusta grabar todo, cada concierto, cada idea de canción, hasta cada pensamiento que en su momento me parece genial... Este es un momento ideal para evaluar y aprender, verse desde afuera, con amor, pero de forma objetiva. Es el momento para reconocer los pequeños avances, y sobre todo, la valentía de decidir mirarte con ojos críticos y reconocerte tal cual eres. 

Objetivo de este módulo: ¡crecer!






lunes, 12 de septiembre de 2016

En el fondo

Sucede que, soy obsesiva... Cuando me propongo algo, trato por todos los medios posibles de hacerlo real. Y eso no siempre es tan bueno, ni siquiera útil, o por lo menos, no es la manera más inteligente de luchar por algo; es algo que te hace tomar decisiones apresuradas, hacer "más de lo que es necesario y obtener menos"... ¡La ansiedad no es el camino!

Siempre que aprendo algo nuevo me pasa. Como en estos días con un simple ejercicio de respiración nuevo. Soy muy buena con mis conocidos ejercicios de respiración... Pero este nuevo, pues, es nuevo... Me generó inseguridad en todo lo demás, sí, ¡algo así de simple! Y estuve todo el fin de semana tratando de que me saliera como tiene que ser, y me llené de un sentimiento de "no ser suficiente" sin importar lo que haga. 

Cuando me miro desde afuera, me río de mí; me parezco dulce e inocente otra vez, como hace años. Cuando me miro desde afuera, me agradezco y me guío; me digo "todo está bien"; "relájate un poco"; "dale tiempo a esa nueva habilidad"; "está bien que no salga bien... eso quiere decir que estás aprendiendo". Sí, me hablo como si fuera una niña de 8 años en frente de un gran reto; un nuevo ejercicio, una nueva habilidad o una nueva canción... En el fondo así me siento... En el fondo lo soy y siempre lo seré... ¡Y está bien!

domingo, 11 de septiembre de 2016

El proceso creativo es una tortura con recompensas...

Las nuevas canciones me están costando mucho trabajo. No sé porqué de cierta manera creí tener las cosas resueltas... o por lo menos, un poco. Pero hay cosas que nunca se resuelven, no por siempre... Para cada proceso creativo hay que vivir lo mismo... 

Ya conozco el proceso, y sin embargo, me sorprende, me asusta, me revuelve la cabeza y el corazón. Han sido varias canciones, un bossanova que intenté escribir en inglés... y me encantó hace unos meses, pero que ya no me gusta... Una especie de son que me pareció una idea genial (en su momento...ya no tanto) y en la que he trabajado toda la semana... quiero que sea electrónica, 120 BPM, parecía tener mucho potencial pero ninguna de las 3 versiones que he escrito expresan lo que quiero expresar... Cambié la melodía, cambié el riff del piano... de hecho, no estoy segura de nada de esta idea... está a punto de convertirse en otra idea... Me siento de vuelta al punto de partida... 

El proceso creativo es una tortura con recompensas... ¡Cómo serán de dulces que uno lo sobrevive y vuelve a someterse a él otra vez! Pero es una tortura, es una batalla en la que sabes que saldrás golpeado, débil, inseguro... y tal vez, solo tal vez, con una canción que te guste... pero uno está ahí cumpliendo la cita con el papel y el piano... A veces me pregunto porqué tantos cantantes con voces increíbles no escriben sus propias canciones... he aquí la respuesta, ¡no es tan fácil!

Quiero plasmar este momento así como escribo sobre la magia y la pasión, porque no todo es alegría y diversión cuando se trata de crear.  Las canciones pueden ser intransigentes y hacer sentir vulnerable a quien las escribe. 

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Hoy

No me siento en absoluto en completa paz y armonía, vibrando y caminando con el universo... Hoy no me siento así... Siento que entre tanto, no me encuentro. Siento que hay verdades en el papel, que no parecen ya verdad en el mundo. Siento que las palabras no tienen tanto peso por estos días. 

Siento que no dormí 7 horas, tomé demasiado café y hablé demasiado fuerte.

Siento que no respiré tan profundo, no puse tanto cuidado al caminar y no sentí amor... ni por un instante.

Y me pregunto porqué... y me respondo mirándome a los ojos: Me preocupa que no sea suficiente... que nada sea suficiente para lo que quiero... No me senté ni 10 minutos estos dos días a sentir el piano y a escuchar mi voz... y eso no me gusta, eso no me hace sentir bien, eso me descompensa... ¡y está bien!... ¡está muy bien que así sea!

Está bien el malestar. No lo quiero ocultar, no lo quiero ignorar... Está bien que mi cuerpo me hable y me diga ¡para! ¡cambia! ¡tienes que hacer algo! ¡te extraño!... está bien que grite ¡como que olvidaste lo importante esta semana! 

Hoy es un nuevo día y lo importante va primero. El canto de los pájaros se siente contundente sobre la lluvia que no para de caer esta mañana. A veces contengo la respiración y es cuando dejo de escucharlos... Me perdono por no ser perfecta. Me agradezco por notarlo. Escucho la vida que sucede alrededor. Escucho la vida que sucede por dentro.  

martes, 6 de septiembre de 2016

¡Yo quiero ser como un gato!

De las cosas que más me gustan de los gatos es que siempre están tranquilos y alertas al mismo tiempo. Ellos caen en una especie de coma, en una de esas formas creativas y divertidas de quedarse "dormidos" que sólo son logradas por un gato. Pero a la menor distracción, se paran como a la velocidad de la luz. Reaccionan de una manera increíble a cada cosa que pasa. Notan cada nuevo olor, nuevo objeto, nueva persona; pero al mismo tiempo están siempre en paz, de hecho, creería que esa paz es la que les permite notar todo lo que pasa en su entorno.

No sé porqué pareciera que el estrés es preocuparse y preocuparse quiere decir que te importa, entonces, si estás tranquilo, eres apático. No sé porqué por acá nos encanta andar de afán, nos encanta andar cansados, como una forma de decir "me interesa" "hago mucho"... Todo sería mucho más fácil si fuéramos como los gatos. 

Siestas en la oficina, mientras llega la cita planeada. Caminar despacio y mirando el paisaje mientras vamos a hacer una vuelta en la notaría. Ser feliz y crear espacio mientras uno hace su trabajo. Y aunque pareciera que no hay tiempo para vivir, ¡sí que lo hay! y la lucidez mental que uno tiene si piensa como un gato, no se compara a la de uno viviendo de afán. 

Si fuéramos como un gato, haríamos todo mejor, tendríamos buenas relaciones con todo el mundo, andaríamos felices y alertas todo el tiempo. Daríamos lo mejor cada que vamos por una meta. Notaríamos todo...

¡yo quiero ser como un gato!

lunes, 5 de septiembre de 2016

Hay espacio...

1:20 am. Abrí los ojos, mi cuerpo estaba listo para empezar el día... miré el reloj! Nooo, "duérmete", me dije a mí misma... y yo no me hacía caso... "vas a estar cansada todo el día"... 

"jklkjlkjlñlhfoihesñajñljlseruughaosiunvdasreoanvuepas" algo así. Voces, voces, voces, voces... todas sin sentido, un laberinto... 

Era tal la cantidad de mensajes incoherentes, que sentía que me asfixiaba. Respirar era difícil. Solo "toma aire... déjalo ir... toma aire... déjalo ir... toma aire... déjalo ir..." Poco a poco el abdomen se expande y contrae lentamente, siento el aire llegar a mi espalda, siento el aire recorrer mi cuerpo... No recuerdo más... 

Cuando la alarma sonó, yo tenía una sonrisa. Había espacio en mi mente para empezar una semana llena de retos... Superar la ansiedad es algo grande, es algo importante. Detener uno de esos monstruos es cada vez más fácil aunque por un instante me llene de miedo...

Nuevo y colorido día: en mi mente hay espacio para todos los retos que traigas...

sábado, 3 de septiembre de 2016

Gracias

A veces siento como un fuego por dentro. Desordenado. Fuera de control. Un fuego que me posee, que no tiene dirección, que no da explicaciones. Hace años desataba en mí ciertos ataques de ansiedad; yo les puse nombre pero en realidad no sé qué eran... eran "yo fuera de control", era incapaz de concentrarme en algo, era una sensación de malestar que pensaba que nunca se iría... era incapaz de entender o controlar el fuego. 

Hoy es distinto. No digo que lo pueda controlar; pero lo siento, lo entiendo, lo disfruto y lo canalizo. Lo pongo a escribir; lo pongo a bailar; lo convenzo para que sea mi aliado; lo pongo en una chimenea. He aprendido a alejarme de mí misma para no quemarme cuando soy fuego. Me veo desde lejos y ya no quiero apagarme, no por el momento. Acepto todos mis momentos y doy gracias.