miércoles, 30 de agosto de 2017

¿Encajar?

Entre menos me importa lo que piense la gente, más encuentro aceptación y amor de parte de las personas que realmente me importan.

Es lo más extraño y hermoso del mundo. No es que sea inmune a la opinión de la gente, sino que soy cada vez más consciente del malestar de no encajar, y me armo con todas mis convicciones para tomar decisiones por mí y no por los demás... Y el resultado inesperado han sido conexiones reales, humanas y honestas... 

Eso suena fácil y cliché... ¡no lo es! ¿Dónde está el límite? ¿Qué de lo que quiero lo quiero por demostrarle algo a alguien a quien le importará por un momento y después lo pasará de largo? ¿Qué de lo que quiero es un deseo profundo, propio, mío?

Y la vida... Es una. Es corta. ¿Por qué la malgastamos de la manera como lo hacemos? ¿Por qué nos preocupa tanto la aceptación por parte de una sociedad que no nos ama? ¿Qué recompensa trae ser aceptado que nos hace renunciar a nuestras convicciones y a nuestra voz?


martes, 29 de agosto de 2017

Misterio

¿Alguien conoce el misterio que encierra la satisfacción de escribir lo que uno siente que es la mejor canción del mundo, seguida de la vergüenza de escuchar la grabación de esa misma canción al otro día?

No entiendo porqué vuelvo a escribir y vuelve a ocurrir la misma magia extraña, o amor irracional, o estupidez. Lo más raro es que me he acostumbrado al ciclo... No lo entiendo, pero sucede... y está bien, a veces hasta sonrío y disfruto de mi inocencia. A veces realmente creo que es la mejor canción... Como en este momento... ¡Mañana hablamos!

¿Estás ahí?

Mis ojos están abiertos pero no ven, la música suena pero no estoy escuchando, supongo que respiro, supongo que corre la sangre por dentro, supongo que es un día como cualquier otro... Si me preguntas: no estoy, no soy, no entiendo, no quiero, tengo las piernas cruzadas y peleo con mi espalda para que se mantenga erguida... Escribir es perseguir mis rastros porque me necesito de vuelta. ¿Estás ahí? La que ve, la que escucha, la que respira, la que está viva. 

5:38 am

La pretina del pantalón estorba. Hace frío. Estoy sentada en el borde de la cama. Se acabó el café. Debo salir... La naturaleza y sus instintos que no entienden de rutinas humanas... Me regala una lluvia que me invita a flotar con ella. Me regala un deseo que me invita a bailar bajo las sábanas... son las 5:38 am... El deber me golpea.


lunes, 28 de agosto de 2017

La belleza

Hay chocolate en mi boca derritiéndose con cada sorbo de café. Suena Bach. Me gusta mi trabajo, aunque a veces lo sienta tan difícil, o de pronto es precisamente por eso, me gusta lo difícil. Confieso que seguramente no me acercaría a la música de la manera como lo hago porque siento la responsabilidad de saber mucho más de lo que enseño... y he encontrado un placer indecible en cada concepto o pieza de música que entiendo a un nivel un poco más profundo. 

He entendido que el oro está bajo la superficie, que cavar un poco más lo vale, ese paso extra, esos minutos de estudio de más. No siempre quiero hacerlo, por eso necesito escribirlo, necesito recordar que usualmente no hay paisajes bonitos en los lugares comunes, hay que caminar más para encontrar la belleza. 

domingo, 27 de agosto de 2017

Una a la vez

Las palabras se pelean y se quedan atoradas porque en el instante solo cabe una a la vez.
No logro expandir el instante para que todas pasen y se acomoden en el papel. No logro convencerlas de hacer una fila civilizada como cuando uno va a entrar a un concierto y hay mucha gente. Las palabras más bonitas se quedan atrás, son las que andan tranquilas por el mundo y ceden el paso. 

Me pasa cuando estoy feliz o emocionada por varias cosas. Es de los momentos más difíciles para escribir... Creo que es porque quiero escribir algo que sea tan bonito como lo que siento, y sé que no lo voy a lograr. Escriba lo que escriba me quedaré corta y sonará como esas palabras y frases que duelen a la vista, de lo coloridas y clichés. 

Pero no importa, hay momentos en los que no duele el corazón, en los que no me siento fuera de lugar, en los que me gusto, en los que no te extraño. Es domingo, hay cerveza fría en la nevera y una torta de banano. Puedo recostarme toda la tarde a mirar el gato. Puedo sentarme a escribir una canción o a empezar varias que puedo terminar o no. Puedo tocarme y pensar en él... y no hacer nada más, ¿por qué me da miedo escribirlo? ¿Será que soy yo la que censuro mis propias palabras?

viernes, 25 de agosto de 2017

Nada que hacer...

A veces se nubla el corazón. Es difícil saber cuáles son sus deseos. A lo lejos veo un pájaro sobre una rama de un árbol; veo su silueta entre las hojas, la silueta de sus alas moviéndose; lo veo estirar su cuello y dar unos cuantos pasos antes de posarse un rato bajo la sombra. Está bien posarse a descansar. Está bien no tener nada que hacer unos minutos. ¿Por qué tiene que haber algo que hacer todo el tiempo? Está bien no tener que contar una historia cuando escribes. Está bien hablar de los sonidos fastidiosos de las sillas que se mueven, de los gritos de las niñas a lo lejos, del sonido de las lámparas al que estoy tan acostumbrada que solo lo noto cuando no está... No solo está bien sino que si no lo haces las nubes seguirán empañando el corazón. 


jueves, 24 de agosto de 2017

Ellas

Sentada en el borde de la silla. Los pájaros cantan a mi izquierda, a lo lejos; parecen ser parte de la música que escucho. Entra un clarinete y encuentra espacio en mi boca. El recuerdo de la madera en mis labios... me gustaba el clarinete, me gustaba su peso, su talla, el brillo de sus teclas plateadas sobre el negro mate, el proceso más que el resultado, siempre he sido así, de pronto más de la cuenta para la sociedad que exige inmediatez y resultados, pero suficiente para mí. 

A veces hago muchas canciones a las que dedico mucho tiempo... y después, nunca las publico, nunca más las canto... las olvido... Y está bien, cumplieron su función, son un puente de un estado de ánimo a otro, de un nivel de conocimiento a otro, de una sensación a otra. También son una lupa o una paleta de colores para mis recuerdos... Algunas no tienen la carga de tener que ser "buenas" o de "gustar a la gente"... Es un trato que hago con ellas. Algunas necesitan salir al mundo, tienen una voz que nació para salir de mí, así yo me rehúse un poco a mostrar algunos pensamientos que se me hacen extraños o incómodos... Pero esas son las que grabaré y compartiré, ellas me lo hacen saber... y yo respeto su decisión. 

miércoles, 23 de agosto de 2017

Pedazos de cielo en mis recuerdos

Lo que tuvimos; lo que tenemos en nuestra memoria, ese lugar que visito para comer manzanas y convertirme en canción. Es avaricia desear más que eso.  Un viaje a otro planeta en el que pudo destruirnos la gravedad, un deseo bebiéndose la lluvia; el que fumaba  mirando el mar. Esa dimensión que solo se abre una vez... Hay pedazos de cielo en mis recuerdos. 

Tú que me ves

Profundo. Un sonido que viene de abajo, pero que también es flotante. Se choca conmigo y decido permitirle que me invada. Sube hasta mi cabeza. Me eleva y me sostiene. Mi boca baila, mis manos también. Mis piernas se contonean en el agua. 

Soy una sola línea, una silueta que se desdibuja y desaparece. Tú que me ves: ¿sabes dónde estoy cuando tu boca está tan cerca?

lunes, 21 de agosto de 2017

La que desea

Ser la que desea y no la que es deseada; la que siente y no la que hace sentir... La que quiere algo, y va por ello. La que desafía el rol de señorita, ¡qué rol tan aburridor! La que pone sus deseos por encima... Sí, eso que estás pensando, la egoísta, al fin y al cabo, anda sola y puede serlo. Puede dedicarse a crecer sus sueños, a mirar adentro, a ignorar expectativas de otros, a tirarlas con la basura... a estudiar qué de lo que soy es realmente mío y qué es impuesto por creencias que no quiero en mi vida, y que me hacen pesada para volar.

Lo que sea que esperes de mí, no lo hagas... No quiero cumplir expectativas... Merezco seguir mi instinto, o mi corazón, o mi cabeza, o mis deseos... Seguir el camino que quiera... 

viernes, 18 de agosto de 2017

¿Soy?

A veces siento que la gente la tiene siempre más clara que yo... son lo que son, se definen, se lo tatúan en el alma, su ser parece estar alineado con lo que se espera de ellos, tienen calificativos que continúan vigentes con los años... Parecen estar entrenados para estar felices en sociedad... a mi me cuesta... Necesito una dosis de silencio y una dosis de música cada hora para calmar la sed. 

Yo me siento demasiado vulnerable, una mezcla de defectos que trato de mejorar y a veces no puedo. No sé recordar los nombres de las personas. Recuerdo su voz, sus ojos, y casi siempre alguna frase que siento que delata a esa persona sobre su alma y su mente. Pero sus nombres... Los olvido con la facilidad con que olvidé a mi exnovio... ¿Quién era ese? ¿Cómo pueden las personas recordar tantos nombres? No es que no me importe la persona... Sería bonito recordar sus nombres... 

Soy racional pero también instintiva. Soy dulce pero a veces no puedo evitar que haya una rudeza involuntaria en mi mirada. Hago canciones alegres y superficiales. Hago canciones extrañas y profundas. Viéndolo bien, por chévere que suene la frase con la que iba a titular este escrito: "soy un alien"... no lo soy. Soy increíblemente humana. Más de lo que me gusta. A veces abro los ojos a las 4 am  y solo quiero dormir. A veces no quiero trabajar, solo hacer música para escapar de la ansiedad de estar expuesta ante la sociedad.  

El piano es mi amigo. Hemos construido una relación complicada y hermosa. Incluso cuando se hace el distante, bastan unos minutos para romper el hielo y querer caminar juntos,  lo toco y el mundo desaparece. ¡Esos momentos con el piano! Recuerdo como temblaba cuando apenas nos conocimos, como me intimidaba y se hacía el indiferente. Ahora me espera... me habla y me sorprende cada que lo necesito.