miércoles, 31 de agosto de 2016

Siempre fui yo...

Lleva ese corte de pelo con más estilo que cualquier ser humano. ¡El del copete rojo! Me quedé mirándolo mientras trataba de tumbar la palmera... Tiene un reto bastante grande, en eso tal vez se parezca a mí... y en que le gusta cantar. La palmera es algo gruesa y es un pájaro pequeño... o tal vez sólo le guste picotearla, o esté construyendo algo... nunca he sabido qué es lo que hacen los pájaros carpinteros. 

Pero me acordé de otra época... me acordé de algo: ¡siempre fui yo! Yo sola creando momentos especiales, yo sola nadando en el mar a las 5 de la mañana mientras él dormía. Yo sola caminando por la arena, mientras él miraba un aparato electrónico y lo guardaba con recelo. Yo sola disfrutando de una copa de vino, mientras él estaba enredado en su mente. Yo sola sintiendo que esa era la mejor cerveza del mundo. Yo sola entrenando en aquel salón grande de madrugada y sintiendo que no había nada más valiente que una ducha de agua fría a esa hora . Yo sola tomando fotos a las flores. Yo sola disfrutando del calor del fuego frente a aquella chimenea. Yo sola mirándolo por el espejo retrovisor y guardando ese momento en mi mente.  Yo sola debajo del árbol al que nombré "la casa de las mariposas". Yo sola mirando los pájaros carpinteros, admirando su corte de pelo y su copete rojo. Yo sola creando universos, creando imaginarios... 

Siempre fui yo... Por eso no perdí un pedazo de mí. Nunca lo necesité para estar completa... ¡siempre fui yo! La magia nunca tuvo nada que ver con él... Y eso nadie me lo puede quitar. 

martes, 30 de agosto de 2016

Me gustan los pájaros

La palmera se movía casi como si fuera a caerse durante la tormenta de esta madrugada. Fue aterrador y a la vez sublime. Me impresiona siempre ver la fuerza de la naturaleza. Tan natural, sin esfuerzo, en completa paz y aún así, siempre en movimiento. 

El cuerpo se llena y se vacía... La mente se desenreda y vuelve a enredarse... Nunca estoy completa, no de una manera estática o total, nunca estaré quieta y en completo silencio. Cuando hay más paz, hay más movimiento. Lo siento y me dejo llevar. No controlo, pero tampoco me controla. 

Los pájaros cantaban después de la tormenta, incluso cuando aún llovía y caía truenos. Los pájaros cantan siempre, siguen cantando la misma melodía que escribí hace años. Me pregunto qué significará. Tal vez, "hora de comer", tal vez "hace frío" o tal vez es solo una melodía, ¡qué dulce sería eso!, solo porque es bonito, solo porque disfrutan de la música. ¡Me gustan los pájaros!

lunes, 29 de agosto de 2016

5 minutos...

Es todo lo que tengo. Hoy descubrí que el tiempo puede extenderse. El día puede ser coloreado, extendido... también puede ser contraído y oscuro.

El afán siempre puede esperar 5 minutos. Este momento es mío para disfrutar de mi respiración, para imaginarme sumergida en agua tibia y vibrando desde adentro. 

Este momento es mío para sonreír porque me gustan las sensaciones que hay en mi cuerpo esta mañana.

El aire entra y crea espacio en mi mente. Todo está bien, escribo en mi cielo. Lo pinto de colores pasteles y hay un pincel rojo. Mi cielo es hermoso esta mañana. Me he regalado 5 minutos de paz.

jueves, 25 de agosto de 2016

El cronómetro y la vida

Les voy a contar porqué es una herramienta poderosísima para mí. No siempre lo uso, me he vuelto más flexible cada vez y creo nuevas reglas cada que siento que las necesito y que las anteriores no me funcionan, mis propias reglas para vivir y para perseguir mis sueños. Pero siempre vuelvo a "El cronómetro"...

En "How to write better lyrics" un libro sobre escribir canciones de Pat Pattinson, la primera tarea son 10 minutos sin parar describiendo un objeto con todos los sentidos. 10 minutos en la mañana, lo primero que uno hace, sin juzgar nada. En "El derecho y el placer de escribir" de Julia Calderón" (mi libro favorito de todos los tiempos que presté y nunca me devolvieron), ella propone exactamente el mismo ejercicio. 10 minutos, cronómetro en mano y escribir lo primero que se venga a la cabeza, todos los días casi que antes de despertarse. 

Antes de leer cualquiera de los dos libros, yo ya ponía un cronómetro, porque sé que así somos, no siempre de ánimo para ser constantes... pero me decía, "si no tengo mínimo 10 minutos todos los días para hacer algo que amo, es que no lo amo y mejor debería hacer otra cosa y dejar de decir que amo la música o que amo escribir... "

No pongo el cronómetro todos los días, por épocas lo hago, cuando tengo afán o cuando estoy en un día en el que no me provoca nada...  Pero el cronómetro me enseña de la vida. Por más pereza que tenga de hacer algo que amo, empiezo y sé que solo tengo 10 minutos, luego de unos minutos no quiero parar, no quiero que se acabe el tiempo. De cierta manera disfruto cada segundo y cuando más involucrada estoy, en paz y con la certeza que es lo que tengo que estar haciendo... se acaba el tiempo... ¡así es la vida! o así debería ser... Emocionante porque en cualquier momento suena el reloj... ¡se me acabaron los 10 minutos! 

lunes, 22 de agosto de 2016

Equilibrio

No tengo tiempo. No debería estar escribiendo sino secando mi pelo para no llegar a la oficina como si me hubiera acabado de levantar... pero, aquí estoy. Así quiero empezar mi semana. Es importante. 

La mañana floreció... Hoy, a las 5am el cielo era el de la noche, el de una noche cálida, con sabor a día. las estrellas, la luna, los sonidos... Todos preparaban el camino al sol... Cosas increíbles suceden mientras vamos de afán para el trabajo, o de ocupación en ocupación.

Yo me resisto a no mirarlas, me resisto a que no me importen. Incluso en esos momentos en los que estoy de afán y se supone que esté estresada porque hay tantas cosas por resolver... ¡Especialmente en esos momentos! Acá estoy escribiendo sobre lo bonito que es este lunes. 

Y debo confesar que tengo asuntos por resolver al respecto... Olvido detalles, cometo errores siempre en las cosas más sencillas, ¡por andar de elevada! 

Pero somos como un proyecto constante, que nunca terminamos de editar, de pulir, de resolver... Solo el día en que nos toque morir. Por eso, aunque trate de aprender de cada error; los abrazo, los entiendo, trato de no juzgar, no caer en extremos y de verlos con todos sus matices... Nada es bueno, ni es malo... 

Hoy trataré de ser un rayo láser, de prestar más atención... Pero el día sigue siendo hermoso y tampoco pienso perdérmelo entre nimiedades. ¡Equilibrio, qué difícil tarea eres!

sábado, 20 de agosto de 2016

Solo lo que tenga alma

Nos engañamos a nosotros mismos y nos hacemos trampa todo el tiempo. Nos comparamos, nos desgastamos tratando de agradar, perdemos el foco cuando nos da miedo ser nosotros mismos, guardamos resentimientos, queremos que al otro le vaya mal porque nos creemos mejores o nos creemos incompetentes... Así es que nos envenenamos, nos sentimos agotados, cansados, molestos... y voalà, ¡hemos matado la pasión!...

La vida es tan corta y tan simple... ¡Decido no envenenarme! ¡no tomarme nada personal! ¡amar con locura! Creo que eso es lo que todos anhelamos y la única realización... Amar la vida, la música, la familia, los amigos, la naturaleza... ¡Amar con locura! Dejar ir los demonios, confiar en que no los necesito aunque ellos me digan que sí. Es difícil soltar porque nos acostumbramos a cargar esa misma maleta pesada que llevamos desde siempre y a la que hemos ido agregando basura... Decido andar ligera y conservar solo lo que tenga alma.

viernes, 19 de agosto de 2016

Los valores raros

Ser coherente es uno de esos valores refrescantes y raros. Uno no debería renunciar a él... Sucede que no es fácil. 

"Soy como un Lanister" (los que han visto o leído Game of Thrones, saben a qué me refiero), me dijo alguien que hace meses tiene una pequeña deuda conmigo y estoy casi segura que no sabré de él, salvo que la casualidad nos encuentre... 

"Sí, quedemos así..." ¿Cuántas veces esta frase no vale nada? 

Yo creo que las palabras tienen el valor que les demos... Si digo algo, trato con todas mis fuerzas de cumplirlo... ¡Qué mi palabra valga! ... No siempre he pensado en ello, pero uno crece, cambia... Y hoy, como sé que no es fácil, cada vez prometo menos... Si escuchas un "te amo" "te extraño" "eres importante para mí" de mi boca, ¡es verdad! "Si quedamos así...", así será mientras dependa de mí. 

Y cuando conozco a alguien coherente, WOW,  ¡sé que esa persona lo vale! ¡siempre se me abre una sonrisota solo con pensar en esa persona! ¡qué nota los valores raros, difíciles! 

miércoles, 17 de agosto de 2016

Al mar...

Pensamientos, muchos pensamientos sobrepuestos, uno sobre otro, como cables de audífonos de varios celulares enredados entre sí... y uno desesperado queriendo escuchar con alguno de ellos una canción... ¡así está mi mente a veces! Componer es desenredarlos, usar uno de ellos y escuchar la canción...

Desesperarse no funciona. Hay que ser paciente, sacar un momento y empezar poco a poco a resolver el enredo. En la mente, hay que crear espacio... Ese es mi actual tema recurrente en cada cosa que escribo, porque es mi nuevo descubrimiento... Recuerdo cuando solo hablaba de la voluntad o de la belleza... (Qué pereza no ponerle tilde al "solo"... la nostalgia en todas partes, supongo)... Pero el Yoga ha cambiado mi vida. Nada complicado, solo moverse al ritmo de la respiración, mientras de manera amable suelto cada cosa que llega a mi mente... ¡eso es! 

Hace tiempo no leo... Entre tanto caos, no he creado el espacio... ¿malo? tal vez no... Pasé mucho tiempo siendo una persona aislada, alguien que prefería un libro a una conversación. ¿Para quién hacía música entonces? ¿para mí? ... ¿para conectarme con quién? ... aunque ahora tengo ganas de leer, ¡me hace falta también!

Una pequeña laguna va creando un caudal y de repente llega al río... y de repente se dirige al mar...  

viernes, 12 de agosto de 2016

A veces...

Esto de ser mujer es muy difícil para mí... Mis hormonas hacen conmigo lo que quieren y no me piden permiso. 

A veces me siento cansada, nada tiene mucho sentido y parece como si me hubiera perdido por momentos. Necesito algo que me saque del trance, necesito un abrazo recargable. 

A veces empiezo a llorar, estoy triste de repente. Sé que no tiene sentido, no tengo razones, pero no lo puedo evitar... 

A veces me siento sensible, pero de una manera muy diferente. Sensible a los demás. Siento empatía y un cariño inmenso hacia cada persona que se cruza por mi camino. Siento ganas de compartir, de escuchar historias, de ser útil...

A veces me siento irritable. Siento ira. Antes no la podía controlar. Hoy es un poco menos complicado. Pero a veces, todo me irrita, todos me irritan... quiero estar sola, quiero que nadie me hable.

A veces siento una fuerza que no sé explicar... me siento invencible, creativa, conectada, nada puede salir mal, todo es posible, puedo resolver lo que sea, ningún reto es demasiado grande.

A veces quiero amar, y creerme poeta, y decir clichés, y encontrarme en otro, y dar un beso que me emocione como si aún fuera adolescente y nunca nadie me hubiera besado. 

A veces quiero espacio para una melodía sencilla y emotiva. En estos días respirar es suficiente. Encuentro eternidad en una respiración...

A veces me siento cansada...

A veces empiezo a llorar...

A veces me siento sensible...

A veces me siento irritable...

A veces me siento fuerte...

A veces quiero amar...

A veces quiero una melodía... 

Pienso todo esto, cuando te digo: ¡Estoy cansada!



domingo, 7 de agosto de 2016

He cambiado

He cambiado... Me gustan las personas, me gusta la tranquilidad, me gusta hacer que las cosas sean fáciles... Me gusta sentirme bien. 

Ya no tomó partido en batallas perdidas, ya no me esclavizo con retos que no me lleven a mis sueños... ya no me interesa verme bien para otros, quiero verme bien para mí. Me gusta mirarme al espejo y decir: "eres mi heroína"... 

Me gusta levantarme temprano, no por la "voluntad de acero" que solía tener, sino porque amo la vida y me gusta tomar un café mientras siento que amanezco con el sol. 

Me gusta crear espacio en mi mente para soñar... Por eso, ya no me preocupa envejecer, ya no me preocupa que mi cuerpo cambie, ya no tengo miedo a que no me quieran, no porque no disfrute la compañía, sino porque disfruto mi compañía. 

Aprendí a perder el control y recuperarlo. Hoy lo supe: ¡He superado mis ataques de ansiedad! Puedo manejar perder el foco, puedo manejar la tristeza, puedo manejar la frustración... Porque conozco el camino de vuelta a mí misma. 

Y cuando la noche está oscura y el camino no se ve, entiendo que es de noche en mi alma y que sólo con respirar profundo, descansar y confiar, el sol sale y el camino se hace visible. 

A veces lloro, pero es como cuando cae una pequeña brisa en verano. Las lágrimas hacen parte de mi paisaje, las acepto, las quiero. 

A veces río a carcajadas y no me da miedo que pase la euforia.

No temo amar y salir lastimada. Me he visto nacer otra vez. Mi fuerza está en saber que lo puedo hacer cada que quiera. No tengo miedo de intentarlo y fallar. No le tengo miedo a las heridas. No le tengo miedo a la vida. 

¡He cambiado! 

Me miro a mí misma a mis 20 y me digo: ¡Sentirás todo lo que quieres sentir! ¡Te encontrarás y te encantará mirarte al espejo porque habrás vencido ese enemigo que sientes que es invencible y ninguna victoria es más grande! Sentirás que tu capacidad de amar puede con todo lo que te propongas.