miércoles, 21 de marzo de 2018

Irse

Me he ido. Es de esos días en los que no estoy. ¿Dónde estoy? Sé que estoy contigo, dime a dónde me has llevado. Mis ojos cansados no transmiten información a mi cerebro. Se la quedan para ellos. Mis manos cansadas escriben sin prestarme atención. Me gustaría, no sé, como estar sumergida en agua tibia o en uno de tus abrazos, es igual. 

Suena Pink Floyd en mis oídos y es como si la música estuviera leyéndome. La guitarra habla con el saxofón, el piano se vuelve dulce, deja de lado las disonancias por un momento, y se va... Estoy acá, con pendientes que pesan en los hombros, con pendientes que cuesta solucionar, que incomodan. ¿Estoy acá? 

martes, 20 de marzo de 2018

Gama de grises en el cielo

El humo se extiende por la ciudad. Un aire pesado cubre las montañas. Subo la ventana para evitar respirar demasiado. Un gallinazo pasa con su vuelo de águila y se eleva sobre el cielo opaco. Se pierde en el horizonte. 

Escucho Brahms. "El del baile de Drácula", así es como yo recuerdo esta música. No sé qué más decir en un día en el que los pájaros siguen cantando y la música sigue sonando, una gama de grises se apodera del verde y del azul de otros días, nadamos entre el humo. El cuerpo lo sabe, respirar es diferente hoy.

Los sonidos de la podadora opacan los demás sonidos, y parecen opacar también los sonidos de mis pensamientos. Mis hombros están contraídos, acumulan las expectativas de la semana. Me espera una semana diferente. 

Me gusta lo diferente, pensarte es diferente. ¿Cómo fue que te colaste en mis pensamientos? Te llevo en mi piel. Me gusta tu cercanía. Me gusta besarte. Me acelero cuando recuerdo tus manos en mi espalda. 

martes, 13 de marzo de 2018

Loops

Otra vez. Otro día. Otras palabras. Otro desayuno con huevo. Otro café. Otro vaso de agua. Otra melodía. Otra canción. La misma canción otra vez. Otra vez digo buenos días. Otra vez te extraño. Otra día en el que no te conozco. Otra vez me pierdo en ensoñaciones lejanas. Otra vez respiro y me expando para regresar a mi cuerpo. Otra vez escucho Norah Jones.

Loops que parecen infinitos... Solo que no lo son. Romper las rutinas para recordarme que no lo son. Tener rutinas para poder romperlas con gracia. Romper las estructuras de las canciones. Destrozarlas y reconstruirlas. Maldecirlas y acariciarlas. Imaginar mi vida sin ellas y regresar pidiéndoles perdón. 

lunes, 12 de marzo de 2018

Salvavidas

Estoy viajando en su voz. Norah Jones es un ángel. Mis manos se mueven al vaivén de una guitarra. Se detienen porque quieren flotar sin necesidad de escribir palabras. No entienden qué hago sentada frente a un computador hablando en un idioma que no entiendo. Las palabras a veces son tan extrañas y confusas. Las palabras no alcanzan para describir lo importante. No alcanzan para describir la soledad y la necesidad de curarla, de adornarla, o por lo menos de endulzarla. La música es mejor, es superior. La música sí puede darle un sabor dulce a la soledad.  Me aferro a ella como a un salvavidas. El día en que la suelte, me ahogaré

jueves, 1 de marzo de 2018

Sentido

Sonidos del ventilador, sillas que se mueven, voces en la distancia... y están esos micro-sonidos que no me esfuerzo por entender... 

En mis oídos sonidos del interior de una selva, y mis sensaciones viajan aunque siga sentada frente a la mesa de madera, con un vaso azul que me hace recordar un bar, con una taza que tenía café y que ahora tiene la semilla del durazno que acabo de comer. 

En mi boca, la saliva aún me recuerda que las frutas me sientan bien. Mis piernas cruzadas disfrutan del encuentro. Mis manos frías se apoyan sobre el teclado del computador y extrañan las teclas del piano y los bigotes del gato cuando se rehúsa a ser menos importante que una melodía. 

Mis hombros están guardando recuerdos y preocupaciones. Mis ojos como lentes desenfocados y ausentes. Mi garganta, abierta, como cuando quiero cantar, como las flores, como los pájaros cuando abren un copete rojo, como yo cuando me excito, como mi corazón cuando se abra el portal... ¿Se abrirá? 

No me gusta la fe en que algo traerá sentido a mi vida... Prefiero crearlo. 

Lo más cercano a la extraordinaria sensación de amar es crear música. Música bella. Música en la que sienta que estoy "parada sobre los hombros de los gigantes", "volando sobre los verdaderos dragones"... Nada me hace más feliz que estudiar a los grandes. Ellos me hablan. Ellos me abrazan. Con ellos la soledad tiene más sentido que cualquier compañía.