domingo, 17 de julio de 2016

Mi meditación para que el trabajo no interfiera con mi mundo creativo

Miles de papeles se fueron por un agujero negro como un río con un gran caudal, sólo que de hojas de papel... Pensamientos, tensiones, preocupaciones... todo se fue por un gran agujero negro... "No necesitas nada de eso, le dije a mi mente", "es hora de tirarlo a la basura"... ¡Todo! ¡Vacíate!... Sentí un gran alivio, me sentí ligera en sólo unos minutos...

Y ella se sentó frente a mí, estaba lista para hablar conmigo. Me dijo: "no creo que seas capaz" "así es como la gente abandona sus sueños" "ya no vas a tener tiempo para mí" "todo va a a ser diferente ahora"... yo la escuché, dejé que me contara sus miedos sin decir una palabra... 

Después le dije: "estoy construyendo herramientas para ti, todo lo que hago es para que tú puedas cantar, no tienes nada de qué preocuparte, "confío plenamente en ti" "tú sí que puedes" "no te pido nada, sólo que seas tú... yo me quitaré del medio"..  "He vaciado mi mente, no hay trabajo, no hay estrés... sólo estás tú y sólo necesito que cantes tranquila, te prometo no interrumpir, te prometo no aparecer... dejo libre mi cuerpo para ti"... 

De repente, ella se convirtió en luz e invadió mi cuerpo...  Estaba lista para cantar. 

martes, 12 de julio de 2016

Conceptos que cambiaron mi vida

De cierta manera siento que todo está conectado, todas las verdades son lo mismo. Ser hedonista y ser espiritual es lo mismo para mí. No me gusta la palabra "espiritual", porque parece "elevada" "pretenciosa"... ha sido tal vez muy mal usada... 

Hay frases que han cambiado mi vida, que no sé de dónde surgieron. Fueron conceptos naturales desde hace unos días.

1. "Confío en ti, tú sabes qué hacer..." le digo a mi cuerpo en todo momento... Tú sabes qué quieres comer, tú sabes cómo te quieres mover, tú sabes cómo cantar, tú sabes qué decir, "Confío en ti, tú sabes..." Y de repente todo se siente bien y todo me hace bien... ¡es increíble! 

2. Meditation mode: Tengo mis reservas con las meditaciones guiadas, con los mantras, con los conceptos extraños al respecto... No me gusta nada de eso que parece tan "elevado"... La concentración de un niño jugando su juego favorito supera por mucho a cualquier experto en meditación, sin saber mucho al respecto...  Es como si fuera un atrevimiento meditar sin saber un montón de cosas que en ocasiones son más para el ego que para el alma...

Para mí, este modo meditación es: "no importa lo que esté pasando, lo que esté sintiendo, cómo salgan mis asuntos... Siempre tengo unos segundos para inhalar, exhalar y sentir como el aire fluye a través de mí, volver al presente y sentir lo que tenga que sentir, afrontar lo que tenga que afrontar... "

Pero volviendo al hedonismo, no creo que exista en el mundo mayor placer que escuchar al cuerpo y dejar que él decida qué hacer, qué no, qué comer, qué no, hacia donde correr, qué cantar, cómo respirar, cómo bailar... y la meditación, la de los niños que juegan, es el camino para interpretar las señales del cuerpo. 

miércoles, 6 de julio de 2016

Hay un universo adentro...

Hoy pensé que no cantaría. Se me hizo tarde entre los pendientes. Siempre practico temprano en la mañana y ya eran las 5:30 pm... Pero igual me dije a mí misma "sólo unos cuantos ejercicios", mi pequeño ritual de 5 a 10 minutos... 

Me paré frente al espejo y respiré... canté... noté con cierta sorpresa que mi cuerpo estaba gritándome por la oportunidad de expresarse en sonidos y cómo cada nota fluía tan natural como nunca. Superé todas mis marcas en cada ejercicio de una manera tan espontánea que me asustó, me sentí abrumada. 

... y me senté a meditar... puse el cronómetro, 5 minutos... Sólo para agradecer por mi voz, por mi práctica, por mi pequeño ritual. No quería tener ninguna imagen, sólo escribir gracias en el cielo. Así lo imagino, por más tonto que parezca; una gran mano dibuja mis pensamientos en el cielo... "Gracias por mi voz" "Gracias por regalarme este momento" "G R A C I A S". 

De repente apareció ella, en su uniforme rojo de la guardería, con su lonchera gigante y tan seria como siempre fui, me abrazó, me dijo: "Gracias", se sentó sobre mis piernas... y le hablé, no recuerdo ya las palabras exactas, pero le dije algo así como "Lo estás haciendo muy bien, estoy orgullosa..."

Aún estoy llorando y con el corazón apunto de estallar por ese encuentro y cada que releo el párrafo anterior salen lágrimas como si tuviera un mar por dentro... Hay un universo adentro. Juro que no lo imaginé, juro que no creé esa imagen, juro que ella estuvo conmigo.

La niebla

Qué rico perderse entre la niebla blanca, sentir el frío, sentir el vacío y dejarse llevar. Qué rico abandonarse a no pensar, despojarse de todo, abandonarse en el cielo con la confianza de saber volar, con la convicción de ser capaz de encontrar el camino de regreso. La paz es de repente el tesoro más valioso y todo lo que me la arrebate debe irse. 

Ya no quiero controlar nada, ya no me quiero controlar a mí misma, confío en la sabiduría que he cultivado, confío en que las decisiones que toma mi intuición son las correctas y me abandono a los deseos de mi alma... ella sabrá qué debo hacer, a ella dejo la labor de abrir el camino... 

lunes, 4 de julio de 2016

¡Me gusta cantar y ya!

Cuando empecé a meditar hoy tenía muchas dudas... ¿Cuál era el propósito? ¿Qué sentido tenía?... Puse la música que siempre utilizo y me senté... fue un viaje interrumpido, algo caótico y emocional. 

Me encontré conmigo sentada al frente. Una versión de mí "rota", quemada, en cenizas. Pero yo estaba al frente, cubierta de una burbuja de luz. Levité por la ciudad, por el país, salí de la tierra, y fui una mezcla de ambas personas, una extraña mezcla de angustia y tranquilidad. 

Mientras me sentía abrumada por lo pequeña que era frente a todo lo que veía, pensaba "No soy nada" "No importa nada de lo que piense, haga, medite, descubra, escriba"... "Nada importa en absoluto" ¿entonces qué hago cuando nada importa? 

Regresé a mí, a sentir el suelo frío bajo mis muslos, la espalda un poco más tensa en el lado derecho, la sangre subir por mis piernas; sentí los pómulos sin sonrisas. Escuché los pájaros, el tic tac del reloj, mi respiración. "Dibujé sonrisas", subí los músculos de los pómulos y sentí como mis ojos se contagiaban, sentí una luz cálida bajo mis párpados. 

El ruido de mi gato que saltó de repente, me sacó de mí y abrí los ojos para ver un pájaro blanco abrir sus alas frente a mi, en el balcón. En ese momento fui el pájaro, extendí mis alas y canté, escuché mi voz fluir libremente desde mi abdomen hasta mi cara y entendí que no importa que nada tenga sentido... ¡Me gusta cantar y ya!

viernes, 1 de julio de 2016

El yoga y el canto...

Aprender yoga me enseña cómo abordar una nueva canción... Hay poses que hace algunos años eran imposibles para mí. No fue que un día intentara y luego: voila!... Fue una práctica diaria constante, tranquila y sin pretensiones, sólo para sentirme mejor. Y sin pensar en ello, un día parece natural y sencillo... Pero en el camino, unos días podía hacerlo, otros días no... Unos días me encontraba con algún músculo más tenso de lo normal y escuchaba lo que mi cuerpo tenía que decirme, sin afán, sin estrés...

No creo que sea diferente con la música. ¡Qué abrumador es no ser capaz de que mi voz suene de cierta manera! o que a veces suene y a veces no... Ha sido inspirador encontrar maestros que resuenan conmigo, que pasan por la misma situación, las mismas sensaciones de impotencia y sonríen, "es normal..." y quiere decir que estás aprendiendo algo nuevo... En el proceso, sí, te sentirás torpe, sonarás "terrible", a veces te encantará también y luego es como si se hubiera ido el avance... pero no, es igual que con la pose de yoga... llega un momento en el que esa nueva habilidad es natural... pero requiere práctica, constancia, paciencia y una dosis grande de fe... confiar en el proceso, ser consciente de cada nota, de cada sensación... y luego, dejar ir los resultados... ¡fluir y disfrutar de la música!