viernes, 10 de abril de 2015

Diagnóstico: ¡Exceso de futuro!


Me levanto despeinada, como todos los días... las mañanas siempre han sido como un nuevo comienzo para mí, despertarme temprano ha sido mi fórmula para estar bien. La madrugada limpia los errores de ayer, casi siempre. Últimamente mis mañanas han estado llenas de temores y de ansiedad, mis fórmulas no funcionan, todo suena tan obvio: respirar, agradecer... pero no lo hago realmente, es difícil hacerlo cuando las cosas se vuelven rutinas sencillas, de repente no les prestas tanta atención, porque la sensación es de que no la merecen, están resueltas... pero no es así ¡Nunca es así!... El momento presente siempre requiere de nosotros los humanos un esfuerzo, es un constante desafío; no sucede así con los animales, por eso sólo verlos nos genera calma ¡Cómo nos encantan! nos hacen sentir bien porque tienen resuelto el problema de estar presentes.

Tomo mi pelo despeinado y lo sujeto con una liguita negra, estiro la espalda, respiro, tomo un vaso de agua y escribo. Siento las tensiones en el cuello, en la espalda, en los hombros, en las piernas... 

El psicoanalista diría, diagnóstico: ¡Exceso de futuro!... 

jueves, 9 de abril de 2015

Menos personal...



Escribo, mientras mi estómago ruge y me visión se nubla… escribo y escucho el gallo, los carros, la cafetera, los rumores de la ciudad… siento el olor a café y mis ojos en una ensoñación extraña… y escribo, escribo y escribo… antes lo hacía en una hoja de papel, sentía una especie de conexión o eso quería creer, sentía que los dedos estaban conectados con las palabras porque las dibujaban lentamente con un lápiz… hoy las digito en el PC porque es más sencillo almacenar. A veces no me gusta pensar que todas las palabras que he escrito las verán otras personas; es decir, algunas de ellas son escritas para alguien más y tal vez para pocos o muchas más que lleguen a leerlas… pero hay otras que son mías, que nacen como una catarsis, nacen de los latidos desesperados o ahogados de alguna mañana, nacen del temor, nacen de las hormonas o nacen sin sentido… pero nacen para mí, hay algunas palabras que no quiero que nadie vea… entonces cuando escribo en el PC, por alguna razón extraña siento que es menos personal, observo las palabras en una pantalla… no es mi letra, no es mi cuerpo el que escribe, siento los dedos sobre el teclado digitar rápidamente, corregir como si nada… observo las palabras de una manera un poco más neutral, menos comprometedora. La mañana sabe a agua, tengo sed, quiero beber un poco… quiero sentir un poco de frescura recorrer mi cuerpo, quiero sentir que la energía fluye… esa es la razón de ser de mis palabras: fluir, entenderme…

martes, 7 de abril de 2015

Control

Hay momentos en los que no logro controlarme... "déjate llevar", dicen, "eso es vivir", dicen. Pero es que un cadáver se deja llevar por el río... "eso no es vivir", digo.

No me gusta sentir que mis emociones me sacan de mí, no me gusta cuando bajo la guardia, miles de pensamientos invaden mi cabeza, me dejo de escuchar, me siento ansiosa, perturbada... y el río del tiempo me lleva con él, hay instantes en los que dejo de controlar hacia dónde... no me gustan estos instantes. 

Siempre es hora de volver al cuerpo, a la sangre, al aire que entra a mis pulmones, a mis párpados dormilones, a mis botas color tierra, a mis dedos, a los sonidos de los carros, de la gente y de los pájaros... a la consciencia completa de este momento.