martes, 31 de enero de 2017

Un agujero negro

Un continuo divagar... ¡y está bien! Es como las estrellas, la brisa, el mar, los pájaros, las palabras, los peces, los árboles caminantes, las luces, las personas...

Mi mente no está exenta de ese continuo divagar. Qué difícil es entender que está bien. Qué difícil es dejarla correr. Volverse arena y observar como disfruta del viento. Arrojar la necesidad de control por cualquiera de esos agujeros negros que he aprendido a crear... ¿o no? A veces parece que aún no están terminados... Devuelven los recuerdos en forma de lágrimas, en forma de nudos en la espalda, en seres invisibles que suben por mi garganta y se las arreglan para quebrar mi voz. 

Yo sé que un día crearé una canción por la que pueda arrojar lo que no quiero sentir. 

lunes, 30 de enero de 2017

Hoy no

Escribo para no aburrirme. Escribo para llenar el vacío. Escribo porque es la única forma que encuentro de ser sin él. No lo conozco y ya lo extraño. No lo conozco y confieso que a veces temo no conocerlo... y entonces, escribo. 

Creo en él casi como creo en mí. No me pidas ser independiente todo el tiempo. Casi siempre soy feliz en mi cuarto acariciando mi gato y escribiendo canciones. Casi siempre soy feliz encontrando sensaciones en mi cuerpo, descubriendo mi voz o sumergida en los escritos de García Márquez. Casi siempre soy feliz solo por no necesitar a alguien más para sentirme plena, casi siempre encuentro lo mejor de cada momento. 

Hoy no. Hoy quiero permitirme ser un poco tonta. Hoy quiero permitirme no estar feliz. Y sí, hoy pienso que hay cosas de las que me arrepiento... ¡lo acepto! A veces la luz encandila los ojos de mi alma y ella las apaga. Son la 1:38 de la tarde en Medellín, es medianoche en mi universo y no pienso presionar la salida del sol. Estoy despierta, en mi trabajo... y es media noche

Abrazo lo que siento y dejo que la música sea nube, sea lluvia, sea tempestad. 

Hoy es un día como cualquiera, y a la vez, diferente. Hablan en mi oficina. Historias de un fin de semana. Historias de las que otro día estaría riendo... todas las historias son iguales, las he vivido, las he sentido, pero hoy no me importan... hoy son ruido. Hoy quiero permitirme no ser yo, ser la que nunca he sido: la irracional, la niña, la que no piensa mucho, la que se deja llevar, la que se siente vulnerable, la que está aburrida y escribe para pasar el rato. 

Lunes

Letras incoherentes y desordenadas se abren camino desde distintos ángulos de la página. Hoy puse un poco de leche y dulce en el café... nunca lo hago, hoy me sentí diferente cuando me desperté. Siento que descubrí algunas cosas este fin de semana. No quiero hablar de ello, pero, sin duda me afectaron. Sin duda hablan los pensamientos entre ellos sin que yo me de cuenta... y yo solo sé que me costó un poco más levantarme de la cama.

Suena el reloj, intransigente como siempre, recordándome la justicia que nos trae el tiempo. El regalo. Este día. 

Desconectada. Me despierto buscando el mapa. Me despierto respirando... y está bien. Tengo las canciones. Tengo las palabras. Tengo mi piano. Me despierto buscando instrucciones... y está bien que no lo tenga resuelto. Lo acepto. ¡Conversemos! ¡Cuéntame cómo te sientes! Cuéntame en qué cambió tu café. Cuéntame de ese sueño que tuviste anoche donde había un olor a cereza y pájaros carpinteros de los amarillos y rojos. Cuéntame qué es un lunes y para qué sirve.

martes, 24 de enero de 2017

Incompleta

No podría decir que tengo frío... tengo solo un poco... de hecho, es un frío agradable, es un frío perfecto. 

Estoy rodeada de nudos, y sin embargo, no me siento enredada... Nudos que un leve cansancio ha ido creando, pero que sé que tras un leve descanso, se habrán ido. Nudos en mi mente, en mi espalda y en mi corazón... Nudos que voy deshaciendo con unas cuantas respiraciones conscientes, unos cuantos movimientos de hombros, un vaso de agua y una certeza: ¡todo está y estará bien! Es un día feliz... 

No sabría decir en qué se diferencia hoy de ayer, o de hace dos días... La sonrisa se dibujó sola desde esta mañana. Hoy fue fácil despertar, pocas veces disfruté tanto mi avena con arándanos y mis huevos enteros. Pocas veces disfruté tanto las calles, las voces, la música, las historias que esconde cada voz que me saluda, las posibilidades del curso que compré, del libro que presté. Es una sensación casi insoportable de bienestar... 

Tengo un poco de hambre que me recuerda que soy humana y estoy viviendo. He tomado poco café, he comido uvas, nueces y té... Siento una pequeña ensoñación y sin embargo, me siento completamente despierta. Nada está terminado. Ninguna canción, ningún proyecto o plan... Como yo, aquí estoy, incompleta y en la lucha constante por llenarme de sentido. 

lunes, 23 de enero de 2017

Aire

A veces no importa lo que escribo. Solo importa porque me conecta. Me trae a este momento, y en ese sentido, no importa que haya escrito lo mismo miles de veces. Sigue siendo igual de importante, sigue siendo ese salvavidas que no me deja hundir en dudas. Es el empujón que necesito para salir de la cueva y enfrentar el mundo. Es la lucidez que necesita mi mente todo el tiempo. 

Me pregunto si todas las personas viven llenas de dudas... ¡así como yo! Imagino que sí cuando escucho canciones, cuando escucho conversaciones, cuando veo películas que me hacen sentir acompañada, que me recuerdan que las dudas, gústenme o no, harán parte de mi vida siempre. No me canso de agradecer a la posibilidad de escribir... es un pequeño oasis, una bocanada de aire puro. 

Toma el mapa y síguelo

¡Ya basta! ¡Eres suficiente! ¡Sabes qué hacer! Llevas años sabiendo qué hacer... Apaga las voces que dicen que no. Ignora lo que es incómodo siempre que sea necesario. Escucha en silencio y se fiel a la única voz que importa: la de tus sueños.

Es difícil apagar la voz que dice "Es tarde para tanta libertad"... Parece difícil, ¡no lo es! y tú lo sabes. Quédate en silencio y enfrenta lo que tengas que enfrentar. Sigue tu instinto.

Las voces dicen "no sos tan buena", "nunca serás suficiente"... Hoy, llegó el momento de reconocer cada cosa que pensaste un día que no ibas a ser capaz de hacer... ¡y claro que lo hiciste! Como yo sabía que lo harías. 

Llegó el momento de entender que cuando empezaste a pensar en esas cosas tuviste los mismos miedos, las mismas dudas... y además no sabías nada de apagar voces y encender luces, lo tuviste que aprender, me dejaste un mapa. 

Ya basta de no hacer nada... Toma el mapa y síguelo.  

domingo, 22 de enero de 2017

Cavar

Necesito cavar más... las conversaciones idiotizadas y monótonas no son suficientes. No sé explicarlo, y ese es el punto... quiero saber decir lo que siento pero las palabras que conozco no son suficientes. Me faltan las herramientas para cavar. Me canso antes de llegar a los diamantes. Mi concentración llega hasta que recuerdo que el celular está descargado, o que estoy esperando una llamada, o que tengo algunos pendientes...Y no logro llegar. 

Me digo a mí misma que necesito más tiempo, pero en el fondo sé que no es tiempo... Es voluntad, es entrenamiento, es hacer lo que tengo que hacer a cada instante... Eso es lo más difícil. Los retos extraordinarios son divertidos y por más complejos que sean, no les veo tanto mérito como a lo "sencillo" de hacer siempre lo correcto, estar siempre presente en las labores de todos los días... 

Y así es, el espacio se libera para crear... ¡eso es cavar!... y yo lo sé, pero la mente me pone trabas, me hace ver todo más complejo... La mente perezosa se distrae y se llena de basura. Como siempre, respirar para limpiar, escribir para descubrir lo que está pasando por dentro, decidir si me gusta el paisaje. Si resulta que quiero cambiarlo, estar en silencio es un buen comienzo para encontrar las herramientas. 

sábado, 21 de enero de 2017

No inventes...

En realidad necesito este momento. Contarte que me siento sola. La soledad no me molesta, pero sabes que sí me molesta? Lo común que es sentirse sola. Me siento común... Ese común que incomoda, ese común de ser como todos... Soy como todos... no saben cuánto me cuesta escribirlo y cómo hieren esas palabras cuando mis dedos las ponen aquí... Común, común, común, común... ¿Qué duele? ¿El ego?... ¡Tal vez!... ¡No sé!... Pero siento que es lo peor que puedo decirme a mí misma... Y es lo que hago cuando espero la aprobación de los demás y cuando me duele no tenerla, cuando busco las tendencias y miro cómo mi vida se acomoda o no... Cuando me mido con los mismos parámetros que nos medimos todos... Cuánto gano, cuánto viajo, cuánto me divierto, quiénes me aprueban, a quiénes les soy indiferente... Y soy tan común, que me duele o me alegra, de la misma manera que nos duele y nos alegra a todos... 

Hago parte de la estadística... Hoy me cuesta salir de ahí... Me cuesta verme diferente... Tal vez nunca en todas las palabras que he escrito durante tantos años, he escrito "soy común":.. ¡Nunca! Escucho los pájaros, los carros, la cafetera, la música de fondo, el martillo del vecino que hace arreglos de sábado a medio día... Escucho lo que todos escuchamos... y me siento en la mesa, me siento triste un sábado, extraño a alguien, no entiendo porqué. Tengo miedo de no saber qué hacer, tengo miedo de mis sueños... Todo tan humano... y común... 

Odio esa palabra, no saben cuánto...  No sé cuándo, no sé porqué, no sé cómo pasó que la busqué... He estado buscando estar ahí como alguien que encaja, que se identifica, que es feliz con las mismas cosas, que tiene los mismos sueños, que sonríe mucho y necesita divertirse todo el tiempo... ¿Cuándo pasó? ¿Cuándo subiste el volumen al mundo y bajaste el volumen de tu voz? ¿Cuándo dejaste de creer que tenías algo diferente que decir? ¿Que tus palabras son lo único por lo que vale la pena vivir? ¿Que estandarizarse es lo peor que te puede pasar porque perderás lo único que puedes aportar al mundo? ... lo que te hace única, diferente... 

No eres común, ¡no inventes, más bien, despierta y escribe!

jueves, 19 de enero de 2017

No está

Hay cosas que están fuera de mi alcance... y desde lejos relucen, se ven tan, tan hermosas. Desde lejos te extraño.

Cuánto me apasiona lo que aún no conozco. El misterio detrás de las rimas que no soy capaz de hacer, de las canciones que no soy capaz de escribir, de la concentración que no tengo hoy.

Mi mente deambula... ¿está dispersa o está escondida? No la veo, no la escucho y no logro descifrar los caminos que va tomando. Puedo decir con certeza que no está conmigo. 

Hoy soy emociones entre nubes, corazón en el estómago, frases que mueren de repente, sueños respirando en algún bosque escondido en algún rincón de mis manos, sueños buscando palabras, sueños que me escriben sabiendo que tal vez tarde la respuesta, tal vez no... Ellos siguen en lo suyo, creando y creyendo. 

La mente es una mujer rara y ellos lo saben. Ellos sí que saben tratar una mujer. ¡Qué fuertes, valientes y apuestos son mis sueños!

miércoles, 18 de enero de 2017

Vete de mi escrito

Que se abra la tierra, solo un poco. Soy pequeña y me sirven los caminos angostos. 

Ir sintiendo la humedad mientras camino. Olor a hierbabuena, a flores silvestres de esas amarillas pequeñas, de esas rojas que crecen entre la hierba. La verdad, no me importa mucho de qué color son, está bien que hayan de otros colores. También quiero sentir un olor a lluvia, de la que roza la montaña y se trae aromas de las nubes, de los ríos, de los glaciales y hasta de él... ¿Será que no puedo escribir algo sin incluirlo?  ¡Vete de mi escrito! 

Quiero también que los pájaros canten para mí. No me importa mucho qué melodías. Que ellos decidan. No quiero un camino muy largo o empinado. Esta vez quiero llegar pronto. El destino es un lugar donde crecen duraznos, no manzanas, ¿viste que puedo poner un árbol que no sea de manzanas como el de la casa de la que me hablas? 

No conozco un árbol de duraznos, pero el aroma debe ser mejor que cualquier otro, y más, si hay una pequeña brisa que no permite que se quede mucho, solo en la justa medida. Más, si cerca hay una cascada de agua nueva, de la que apenas sale de la montaña y no ha tenido tiempo de aprender nada sobre el mundo. No como la que estoy tomando que cuenta tantas historias. 

Quiero que se abra la tierra porque estoy agotada de vivir en la superficie. Me voy evaporando y las raíces se van haciendo pequeñas... Me voy apagando y solo veo una sombra en el espejo. Solo te veo a ti. 



viernes, 13 de enero de 2017

Prometo no aburrirte

¡A veces necesito perderme! Hay que perderse para ver otros paisajes. Lo conocido a veces aburre. Que sea difícil, que sea incómodo, que sea sea agobiante... ¡pero que no sea aburrido! La vida es tan corta para aburrirse. 

Pero a veces necesito de eso aburrido y simple para limpiar los sentidos. 

Estaba pensado en cómo sentimos nuestro lugar feliz... Una copa de vino, un beso, un salto al vacío, una ducha de agua caliente, el sabor de las frutas frescas, una cerveza helada cuando el clima es un infierno, una mañana fría entre las cobijas leyendo un libro, el cuerpo bailando, recostarse bajo un árbol, estar en medio del mar y perder de vista la tierra, acariciar al gato en una tarde de pereza, el desayuno con "él"... 

¿Cómo sentimos? A veces creo que es como una huella digital. El mapa de lo que se siente bien.

A veces creo que somos como el drogadicto que cada vez necesita más para sentir lo mismo. A veces creo que estamos tan sobre-estimulados que lo peor que nos puede pasar es aburrirnos... Nos insensibilizamos... ¿Te acuerdas del primer beso? 

Hoy, acuéstate a mi lado y tócame suave. Porque es lo suave lo que desata tormentas. Limpiemos los sentidos... ¡Prometo no aburrirte!

jueves, 12 de enero de 2017

Soy él

Una espiral sin fin. Sísifo y su viaje. 

Las certezas suelen desaparecer de mi mente cada tanto. ¡Es extraño! ¿Qué persigo? ¿Qué quiero? ¿Qué estoy haciendo aquí? 

La tranquilidad es esquiva y no se queda conmigo. Las rutinas ya no son suficientes cuando el corazón se agita de esta manera. 

La sangre hierve y nuevos sueños nacen adentro. Puedo sentirlos, se mueven por mi cuerpo. Siento que me desorganizan el pelo y que me piden una copa de vino antes de dormir. Hacen que me olvide de apagar la cafetera, de lavar la ropa sucia y de tender la cama. Me despiertan de madrugada y me arrojan palabras durante todo el día. 

Soy él, Sísifo, un instante antes de volver a tomar la roca y empezar nuevamente a subir la montaña.

miércoles, 11 de enero de 2017

De vuelta

Fuera de mí, completamente. Y es cuando más necesito escribir. Es cuando, paradógicamente, más palabras, melodías... y canciones, salen al rescate. Estoy afuera, estoy en la distancia... y si no escribo, no me veo, no me encuentro.

Acabo de notar que tengo frío. Acabo de notar que mis piernas están cruzadas, mi pelo suelto, mi boca sedienta, mis ojos necesitando un pequeño descanso de la pantalla, mis hombros cargando preocupaciones y fantasmas. Acabo de notar la melodía más famosa de los pájaros interpretada por una estrella con copete amarillo que está a unos pocos metros. Acabo de notar que la gente pasa cerca a la ventana de la sala donde me encuentro. La gente habla... y acabo de notar que no he escuchado una sola palabra de lo que han hablado durante esta mañana. 

Hoy, estando perdida, he encontrado una guitarra. Música porque me alivia y me nutre. La música ocurre en el tiempo y tiene esa manera rara y mágica de tomarme de la mano con paciencia y ayudarme a cruzar el río, las montañas y los puentes. El camino parece largo y complicado a veces. Pero con ella no me pierdo. Con ella sé que volveré a llegar a mi. 


Un pedazo de recuerdo - Diario de viaje

26 de diciembre de 2016

Día 1

En este momento me gustaría... preferiría... No sé... ¿Aprenderé algo? ¿Tendrá algún sentido estar acá? No tengo respuestas y estoy cansada para buscarlas... No las quiero.

¿Qué tiene lo incómodo para enseñarme sobre la vida? sobre mi vida...

27 de diciembre de 2016

Día 2

Gracias... Por seguirme en este viaje. Me gusta pensar que es un momento para conocerme. A veces quisiera más tiempo conmigo, como cuando uno tiene sed y la garganta le grita que necesita un poco de agua...

Es extraño, pero de cierta manera, compartir con otros, escucharlos y tratar de entenderlos, es conocerme, es saciar mi sed de otra manera... Cuando me permito ser honesta, ser yo, cuando me quedo sin maquillaje y dejo que las palabras caminen desnudas y se bañen en el río conmigo...

28 de diciembre de 2016

Día 3

Los pájaros cantan, el agua corre. El sonido de la cascada es el sonido de la paz. El viento roza mi piel y siento que nada puede ser más perfecto. ¿Pero saben qué? No es diferente estar aquí a estar en casa, estar en la oficina, estar caminando por las calles de Medellín. Estar esperando a saltar, estar esperando para iniciar la travesía otra vez, prepararse para el reto es igual a estar esperando para cantar o estar esperando a que lleguen mis estudiantes.

Todo es lo mismo y en ese sentido, amo estar aquí como amo cualquier tarde. Todo es diferente pero todo es lo mismo. Acentos e idiomas. Francés, Italiano, Alemán o Portugués... Las personas hablan de lo mismo y se divierten igual. Yo soy la misma. La que escribe, la que crea espacio, la que canta y toca el piano, la que extraña a su gato y a su nueva guitarra roja a la que puso tu nombre. La que estando sola se siente en una compañía que le da un abrazo cálido y sincero. La que sintiéndose amada y protegida por su fuerza y su corazón, te extraña.

29 de diciembre de 2016

Día 4

Hay personas a las que no volverá a ver jamás. Como a este pájaro rojo o a esta quebrada mágica. Sé que nunca volveré a este lugar, pero tengo la sensación de que el agua que llevo en mi botella, la del nacimiento en medio de la selva, es el agua que encontraré de nuevo en otro lugar. Con las personas pasa lo mismo. Sé que de alguna manera son las mismas alegrías, sueños, cansancios y decepciones... Lo sé, porque en todas te veo. En todas estás.


y qué si me permito perder un pedazo de vida...

Estoy pero no estoy. Mis piernas adormecidas, mi mirada perdida y mis sueños esperando por mí. La niebla. Qué hermosa es la niebla. Tan fresca como tu recuerdo. 

Y qué si me permito perder un pedazo de día, de vida... y qué si la cambio por un pedazo de tu mirada. Me miras desde la distancia y el escritorio flota, las voces de las personas alrededor quedan suspendidas en el limbo... el presente se desvanece. 

La piel se acobarda, se sonroja y se esconde de los hombres que podrían estar a mi lado. No quiero sensatez! Hoy voy a enloquecer por un momento. Mañana volveré a estar cuerda. Mañana volveré... Mañana es otro hoy.

martes, 10 de enero de 2017

Expedición a tu encuentro

Te busco. En cada pedazo de recuerdo que logro rescatar de ti. En el olor de las flores y en los caminos empinados, en el sonido de los ríos y en la sensación del agua helada. Te busco en los rostros y en las voces de un desconocido, en mis sueños y en mis planes de viajar a encontrarme contigo. 

Te busco aunque no quiera cuando escribo. Escribir se ha convertido en una expedición a tu encuentro.  

viernes, 6 de enero de 2017

¡No sé!

A veces me provoca buscar todas las respuestas como en una receta de 10 pasos... ¿Cómo encontrar qué decir? ¿Cómo saber qué me hace feliz? ¿Cómo aprender a conocerme mejor? Libros de superación personal, artículos, conversaciones... Cualquier cosa para sentir que alguien me toma de la mano y me lleva por el camino correcto.

Y después, algo de diversión para olvidar. Entretener la mente en algo para no enfrentarme a la voz que se siente sola e ignorada.

¡Cómo nos gustan las fantasías que nos alejan de cualquier proceso real! Lo fácil hace promesas que aunque sabemos irreales, creemos y seguimos; atajos para evitar el camino empinado. 

La ilusión de una vida resuelta es una máscara que oculta el vacío que llevamos por dentro. Entre más lo tratamos de cubrir, más grande se hace. El placer de las respuestas rápidas y el libreto aprendido, sustituyendo la realización lenta de los deseos del alma. 

¿Y cuáles son tus metas para este año? Me preguntan...  ¿Y saben qué? ¡No sé! El futuro no está claro para mí. Me encantaría decir "... y no me importa", pero sí que me importa... ¡y mucho! Estoy buscando las preguntas correctas y tengo pánico. 

Tuve un 2016 de propósitos cumplidos... Supe ponerme metas alcanzables, supe trabajar con paciencia... Y logré más de lo que me propuse en ese año...  ¡Y tengo mucho miedo! No sé de qué, no sé porqué. Mis propósitos se ven grandes e intimidantes. La duda se apodera de cada célula de mi cuerpo. 

Este es un momento importante. Es el momento en el que decido mirar el vacío en vez de correr. Es el momento en el que me rehúso a usar la máscara. Quiero ser real. Quiero momentos completos, en los que esté presente con todos mis sentidos... Es el momento en el que me lanzo al mar y sigo nadando hasta lo más profundo. Mi propósito está en el fondo. El miedo aumenta. Al rededor todo está oscuro, pero me rehúso a volver a la comodidad de la superficie... 





martes, 3 de enero de 2017

Mi experiencia en la Ciudad Perdida

Llevarme a un extremo, pensé: "qué adolescente e innecesario, ¿para qué?"... no tengo nada que demostrar a nadie. Pero bueno, la vida es una, me intrigaba la experiencia, me intrigaba la cultura indígena. Estoy viva, estoy bien y puedo hacerlo. 

Compré vuelo a Santa Marta, reservé el Tour de Ciudad Perdida con Expotur (súper recomendado) y 8 días después, sin tener una buena noción de qué día o qué hora era o dónde estaba, caminaba con un grupo de extraños que se sentían ya amigos. Nos reíamos de lo feliz que nos hacía una ducha, un baño, una venda, un chocolate... ¡un burro!

El camino dura cuatro o cinco días. Son caminos empinados entre la selva. 7, 8 horas subiendo cada día, sin señal y sin saber muy bien dónde o cómo dormirá uno. 

Lo cierto es que es una experiencia que te reta de alguna manera, física o emocionalmente. Te obliga a comunicarte diferente. A conectarte con algo distinto al celular. A pensar y a no pensar. A estar completamente presente. Cuando haces algo muy difícil, todo tu ser está allí ayudándote a lograrlo... y esa sensación es increíblemente placentera. 

Me conmovió mi cuerpo. Todo lo que hace por mi. La manera como funciona. No estar enferma. Recuperarse en la noche y continuar. Seguirme a un extremo que un organismo nunca quiere. Le pedí perdón. Por cada vez que me sentí inconforme por algo tan vulgar como la apariencia. Por cada vez que dejé que la sociedad superficial de Medellín decidiera si es o no suficiente. No sé expresar la sensación pero es sentir lo increíble que es el proceso de caminar, comer, correr, sentir, respirar, bailar, ver, escuchar, oler... 

Sobre la Ciudad Perdida. Es hermosa y para mí, una especie de encuentro con el pasado. 

Vas encontrando historias de la cultura indígena, los saludas al pasar y ellos te sonríen, o no. Tribu descendiente de los Tayrona... Las mujeres tienen en promedio 17 hijos. Hombre y mujer viven en casas separadas. Al hombre "le asignan" varias mujeres según su posición en la tribu. El sexo es a la luz del día en el lugar impuesto por el líder espiritual, el río o el bosque, nunca en las casas... solo con fines reproductivos. Pudimos ver de cerca las casas donde viven. Algunos hablan español, otros, hablan su lengua. Los niños ascienden en la tribu por méritos propios, no por apellidos...

Los Tayrona ya se extinguieron, pero estas siguen siendo las costumbres de los "Coqui" (tal vez no se escriba así). Quedan historias de cómo los españoles robaban el oro. De la llegada de la fiebre amarilla y otras pestes... y muuuuchas más. Historias que nos parecen de otra vida, de otro tiempo. Y allí está uno, en su hábitat.