martes, 31 de enero de 2017

Un agujero negro

Un continuo divagar... ¡y está bien! Es como las estrellas, la brisa, el mar, los pájaros, las palabras, los peces, los árboles caminantes, las luces, las personas...

Mi mente no está exenta de ese continuo divagar. Qué difícil es entender que está bien. Qué difícil es dejarla correr. Volverse arena y observar como disfruta del viento. Arrojar la necesidad de control por cualquiera de esos agujeros negros que he aprendido a crear... ¿o no? A veces parece que aún no están terminados... Devuelven los recuerdos en forma de lágrimas, en forma de nudos en la espalda, en seres invisibles que suben por mi garganta y se las arreglan para quebrar mi voz. 

Yo sé que un día crearé una canción por la que pueda arrojar lo que no quiero sentir. 

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