miércoles, 18 de enero de 2017

Vete de mi escrito

Que se abra la tierra, solo un poco. Soy pequeña y me sirven los caminos angostos. 

Ir sintiendo la humedad mientras camino. Olor a hierbabuena, a flores silvestres de esas amarillas pequeñas, de esas rojas que crecen entre la hierba. La verdad, no me importa mucho de qué color son, está bien que hayan de otros colores. También quiero sentir un olor a lluvia, de la que roza la montaña y se trae aromas de las nubes, de los ríos, de los glaciales y hasta de él... ¿Será que no puedo escribir algo sin incluirlo?  ¡Vete de mi escrito! 

Quiero también que los pájaros canten para mí. No me importa mucho qué melodías. Que ellos decidan. No quiero un camino muy largo o empinado. Esta vez quiero llegar pronto. El destino es un lugar donde crecen duraznos, no manzanas, ¿viste que puedo poner un árbol que no sea de manzanas como el de la casa de la que me hablas? 

No conozco un árbol de duraznos, pero el aroma debe ser mejor que cualquier otro, y más, si hay una pequeña brisa que no permite que se quede mucho, solo en la justa medida. Más, si cerca hay una cascada de agua nueva, de la que apenas sale de la montaña y no ha tenido tiempo de aprender nada sobre el mundo. No como la que estoy tomando que cuenta tantas historias. 

Quiero que se abra la tierra porque estoy agotada de vivir en la superficie. Me voy evaporando y las raíces se van haciendo pequeñas... Me voy apagando y solo veo una sombra en el espejo. Solo te veo a ti. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hablemos... ¿Qué opinas? ¿Tienes algo para contarme?