martes, 16 de mayo de 2017

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Está oscuro. Hay tanto ruido. Hay tanto que no importa. Hay tan poco para mí. Tengo sed. No tengo nada. Una voz entrecortada en mi cabeza. El teléfono. El espejo. El café frío. Tengo que correr y no puedo. Tengo que callar y debo hablar. Estoy cansada de no ser. Tengo que decir adiós y debo saludar. Tengo que seguir el instinto y debo suplicarle que me espere. 

El deber es una maleta que quisiera dejar, aunque no sé si de verdad. Tengo que tocar una guitarra, los 3 acordes de siempre por horas. Tengo que quedarme suspendida y alargar este suspiro. Estoy cansada.

sábado, 13 de mayo de 2017

Alcanzar un sueño

Tuve una semana llena de emociones... Demasiadas sensaciones para no llorar, así que lloré; demasiadas emociones para no gritar, así que grité; demasiadas sensaciones para no tocarme, así que me toqué; demasiadas sensaciones para no abrazar con el corazón, así que abracé a quienes se acercaron a abrazarme; demasiadas sensaciones que el muro que me contiene fue traspasado, la marea subió y me desbordé, hubo inundaciones, errores, tropiezos, torpezas, llegadas tarde... 

Algo pasó adentro esta semana... Ese ser adulto y con los pies en la tierra estuvo ausente, no supe cómo llamarlo a mi rescate, por más que dedique unos momentos al día a respirar, a meditar... Sentí que eran mis sueños los que me acompañaban, me hablaban, me llevaban de la mano y me alentaban a andar así, fuera de control.

Hoy los escuché... estaban gritando y yo no entendía... Estaban diciendo: "llegué", "aquí estoy"... Escribí un sueño el 1 de enero de este año, resaltado y como mi principal propósito para este 2017, y saben qué, he alcanzado un sueño y no me había dado cuenta. Yo solo estaba pensando en todo lo que no tengo, lo que aún no entiendo, lo que no sé.  La incertidumbre de lo que sigue, ahora qué... 

Estoy en otro inicio. Debo reconocer que es también una llegada, que sentirse abrumada y cansada está bien. Que tomar aire y mirar el paisaje es justamente lo que tengo que hacer. 

martes, 9 de mayo de 2017

Decidir es renunciar

Desperté, entendí la dimensión del tiempo que tomará cada uno de mis sueños, entendí la vida que cuesta la materialización de las imágenes mentales en este planeta azul. Pasar de lo que se crea en el papel, al mundo de otros, hacer que mis imágenes mentales estén disponibles, ¡la magia de compartir una historia con otro ser humano! Es todo para mí, y siempre lo he sabido, lo tengo claro: ¡Pago el precio!... 

Pero aún así, renunciar me duele, me duele mucho... Es tomar un cuchillo y apuñalarme el corazón. Es destruir una parte de mi. Es elegir un sueño sobre otro. 

Duele, quiero resistirme, no quiero renunciar a nada... esa resistencia me desgarra por dentro,  pero renunciar es un requisito para luchar por los sueños. Renunciar es tomar decisiones, y los sueños requieren un alma valiente que las asuma. 

Mi alma despierta, está llena de colores... y aún así, duele.

martes, 2 de mayo de 2017

Busco

Busco lo que fluye, lo que se siente bien, el instinto, la sonrisa, la respiración larga, la respiración acelerada, las sensaciones que aceleran el corazón, las canciones que me sonrojan, las sorpresas, los caminos, los colores que contrastan con mis días grises, el grito, el susurro, el extremo, el equilibrio... Me busco sin descanso cuando no estoy. Me busco sin descanso cuando no me reconozco. Necesito saber que mi corazón está latiendo por amor, no por inercia. 

¿No?

A veces hay una voz que me dice que no... Dice no a todo lo que quiero hacer, a todo lo que debo hacer, a todo lo que pienso, a todo lo que deseo cantar. Dice no a las canciones, no a bailar, no a respirar, no a volar... NO, como si no lo mereciera, como si ser feliz fuera algo para personas extraordinarias, y la voz me dice: "no es para ti"... y la voz me dice "no estás lista"... ¿Qué significa estar listo? Como si vivir requiriera de una preparación extraordinaria. 

A veces necesito estar mucho más alerta que de costumbre, porque esa voz aturde y si no la escucho, se escabulle de noche y se alimenta de mis sueños... A veces tengo que despertarlos temprano y prepararlos para la batalla, advertirles que hoy será un día en el que los necesito presentes, firmes, tomándome de la mano, cantándome al oído, mostrándome las palabras adecuadas cuando cierro los ojos, señalándome el camino y ayudándome a cruzar cuando sienta miedo...