domingo, 27 de agosto de 2017

Una a la vez

Las palabras se pelean y se quedan atoradas porque en el instante solo cabe una a la vez.
No logro expandir el instante para que todas pasen y se acomoden en el papel. No logro convencerlas de hacer una fila civilizada como cuando uno va a entrar a un concierto y hay mucha gente. Las palabras más bonitas se quedan atrás, son las que andan tranquilas por el mundo y ceden el paso. 

Me pasa cuando estoy feliz o emocionada por varias cosas. Es de los momentos más difíciles para escribir... Creo que es porque quiero escribir algo que sea tan bonito como lo que siento, y sé que no lo voy a lograr. Escriba lo que escriba me quedaré corta y sonará como esas palabras y frases que duelen a la vista, de lo coloridas y clichés. 

Pero no importa, hay momentos en los que no duele el corazón, en los que no me siento fuera de lugar, en los que me gusto, en los que no te extraño. Es domingo, hay cerveza fría en la nevera y una torta de banano. Puedo recostarme toda la tarde a mirar el gato. Puedo sentarme a escribir una canción o a empezar varias que puedo terminar o no. Puedo tocarme y pensar en él... y no hacer nada más, ¿por qué me da miedo escribirlo? ¿Será que soy yo la que censuro mis propias palabras?

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