martes, 6 de septiembre de 2016

¡Yo quiero ser como un gato!

De las cosas que más me gustan de los gatos es que siempre están tranquilos y alertas al mismo tiempo. Ellos caen en una especie de coma, en una de esas formas creativas y divertidas de quedarse "dormidos" que sólo son logradas por un gato. Pero a la menor distracción, se paran como a la velocidad de la luz. Reaccionan de una manera increíble a cada cosa que pasa. Notan cada nuevo olor, nuevo objeto, nueva persona; pero al mismo tiempo están siempre en paz, de hecho, creería que esa paz es la que les permite notar todo lo que pasa en su entorno.

No sé porqué pareciera que el estrés es preocuparse y preocuparse quiere decir que te importa, entonces, si estás tranquilo, eres apático. No sé porqué por acá nos encanta andar de afán, nos encanta andar cansados, como una forma de decir "me interesa" "hago mucho"... Todo sería mucho más fácil si fuéramos como los gatos. 

Siestas en la oficina, mientras llega la cita planeada. Caminar despacio y mirando el paisaje mientras vamos a hacer una vuelta en la notaría. Ser feliz y crear espacio mientras uno hace su trabajo. Y aunque pareciera que no hay tiempo para vivir, ¡sí que lo hay! y la lucidez mental que uno tiene si piensa como un gato, no se compara a la de uno viviendo de afán. 

Si fuéramos como un gato, haríamos todo mejor, tendríamos buenas relaciones con todo el mundo, andaríamos felices y alertas todo el tiempo. Daríamos lo mejor cada que vamos por una meta. Notaríamos todo...

¡yo quiero ser como un gato!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hablemos... ¿Qué opinas? ¿Tienes algo para contarme?