sábado, 3 de septiembre de 2016

Gracias

A veces siento como un fuego por dentro. Desordenado. Fuera de control. Un fuego que me posee, que no tiene dirección, que no da explicaciones. Hace años desataba en mí ciertos ataques de ansiedad; yo les puse nombre pero en realidad no sé qué eran... eran "yo fuera de control", era incapaz de concentrarme en algo, era una sensación de malestar que pensaba que nunca se iría... era incapaz de entender o controlar el fuego. 

Hoy es distinto. No digo que lo pueda controlar; pero lo siento, lo entiendo, lo disfruto y lo canalizo. Lo pongo a escribir; lo pongo a bailar; lo convenzo para que sea mi aliado; lo pongo en una chimenea. He aprendido a alejarme de mí misma para no quemarme cuando soy fuego. Me veo desde lejos y ya no quiero apagarme, no por el momento. Acepto todos mis momentos y doy gracias. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hablemos... ¿Qué opinas? ¿Tienes algo para contarme?