domingo, 11 de septiembre de 2016

El proceso creativo es una tortura con recompensas...

Las nuevas canciones me están costando mucho trabajo. No sé porqué de cierta manera creí tener las cosas resueltas... o por lo menos, un poco. Pero hay cosas que nunca se resuelven, no por siempre... Para cada proceso creativo hay que vivir lo mismo... 

Ya conozco el proceso, y sin embargo, me sorprende, me asusta, me revuelve la cabeza y el corazón. Han sido varias canciones, un bossanova que intenté escribir en inglés... y me encantó hace unos meses, pero que ya no me gusta... Una especie de son que me pareció una idea genial (en su momento...ya no tanto) y en la que he trabajado toda la semana... quiero que sea electrónica, 120 BPM, parecía tener mucho potencial pero ninguna de las 3 versiones que he escrito expresan lo que quiero expresar... Cambié la melodía, cambié el riff del piano... de hecho, no estoy segura de nada de esta idea... está a punto de convertirse en otra idea... Me siento de vuelta al punto de partida... 

El proceso creativo es una tortura con recompensas... ¡Cómo serán de dulces que uno lo sobrevive y vuelve a someterse a él otra vez! Pero es una tortura, es una batalla en la que sabes que saldrás golpeado, débil, inseguro... y tal vez, solo tal vez, con una canción que te guste... pero uno está ahí cumpliendo la cita con el papel y el piano... A veces me pregunto porqué tantos cantantes con voces increíbles no escriben sus propias canciones... he aquí la respuesta, ¡no es tan fácil!

Quiero plasmar este momento así como escribo sobre la magia y la pasión, porque no todo es alegría y diversión cuando se trata de crear.  Las canciones pueden ser intransigentes y hacer sentir vulnerable a quien las escribe. 

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