miércoles, 10 de enero de 2018

Canela

Un olor suave que no logro reconocer. Es cálido, dulce, tal vez canela; parece que viene de las baritas de incienso que hay en ese lugar. Me encuentro conteniendo la respiración cuando estoy asustada, como en este momento. 

La última vez que salté tenía miedo. Temblaba; tenía un nudo en el estómago.  Tenía miedo, mucho miedo; pero no lo dudé un segundo. Salté. El miedo me miró espantado. 

¡Hola! Con voz entrecortada le hablaría, no para que me diga qué hacer, sino porque sé que en el fondo siente lo mismo que yo. Se ha sentido perdido, se ha sentido solo, lo ha amado y lo ha odiado. 

Mi cabeza está "embombada" (¿esa palabra existe?), me cuesta escribir así como me costó abandonar mi piano esta mañana. Toqué tal vez por menos de un minuto; mi gata se acomodó tal vez 5 segundos en mis piernas. Era mi momento... y sonó el celular, debía salir, de hecho, iba tarde. ¿Qué es esta vida donde nada es suficiente? ¿Donde no es posible sentarse de madrugada a tocar el piano? ... Seis meses más... Solo seis meses más. Tú puedes con esto. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hablemos... ¿Qué opinas? ¿Tienes algo para contarme?