lunes, 28 de mayo de 2018

Saltemos.

Cuesta saltar. ¿Qué dices? ... Parece que costara saltar. En realidad, no cuesta nada. Es gratis. Es una ilusión. Bueno, sí hay que pagar, pero con el pasado, que, al fin y al cabo, es una ilusión. ¿O no? Decidir es siempre renunciar a lo conocido. Y en lo desconocido, hay mínimo, más colores y más opciones. No ser capaz de renunciar, es no ser capaz de asumir la vida y la belleza que trae la incertidumbre. ¡Saltemos! Cada cierto tiempo tienes que hacerlo. Porque te conozco y necesitas saltar para recargarte de la energía del sol, del agua, del viento, del cohete. 

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