domingo, 26 de enero de 2014

Marcial

Ese gato me ve salir a entrenar y se acuesta de la manera más descarada, me mira como diciendo: "esta Ori está muy loca"... y se voltea. 

A veces no sé porqué entreno pero lo hago todos los días sin falta, creo que es lo que me enseña a no perder el rumbo y a ser disciplinada, es algo que he logrado y en este momento, lo único que controlo. Me hace sentirme bien conmigo misma, sentirme fuerte ante cualquier situación que deba enfrentar... Pasan los años y me llena cada vez más, es el sentimiento de tener algo a lo que nunca he renunciado y es querer trasladar ese sentimiento a los demás aspectos de mi vida. 

En ocasiones me siento frente al piano a escribir algo y no escribo, no sé qué escribir... o quiero lograr cierta intención en la voz y no la logro, no sé cómo hacerlo. La música parece depender de mis emociones y yo trato de entenderlas y manejarlas, pero seguramente la música no está aquí para ser controlada; sino para fluir, para ser sentida y comunicada; para hacerme vulnerable, a veces no sé qué hacer con ello, rompe las murallas que pongo a las lágrimas, me hace sentir incómoda porque me dice cómo soy en realidad, me enfrenta conmigo, me hace ser valiente, porque a pesar de ello y precisamente por ello es importante, es la forma que conozco de ser mujer. 

Por otro lado, levantarme una hora antes a entrenar se convirtió en algo cotidiano y sencillo, es la única sensación de control sobre mí que he conocido. No controlo mi almuerzo (hoy hice unos raviolis y me quedaron terribles...), no controlo mis canciones (he escrito más de 10 canciones en los últimos meses y sólo han quedado 3...), no controlo mis sentimientos, ni mis emociones ... Pero puedo estar feliz o aburrida o enferma o nostálgica... No importa que tenga un compromiso a las 6, a las 7 o a las 10... Es sólo una hora antes de lo habitual, a veces duele, a veces es relajante, a veces es explosivo, unas veces es más fácil que otras... y después de entrenar, el mundo cambia porque yo cambio... la música y la vida se sienten más intensamente, agradezco cada mañana en la que tomo la decisión de pararme de la cama y entrenar. 







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