jueves, 30 de enero de 2014

Felicidad

En mi cuarto había un olor a felicidad esta mañana, la felicidad huele a piel, a veces huele a pino verde y a veces huele a café. Este momento huele a frutas exóticas; es fresco, tranquilo y dulce. Hay un viento frío que se siente bien después de tomar un café caliente. Se siente bien estar vivo, a veces se siente raro, a veces no se siente tan bien...

Hoy se siente diferente, aunque es un día similar a muchos otros... Muchos de los días se pasan sin dejar marca, por más que diga que cada día debe contar y a pesar de que viviré tan pocos días...  tan pocos años... y unas cuantas décadas nada más (menos de 10, es seguro...). No tengo la energía para que cada día sea memorable. Creo que hoy no es un día que recordaré, se irá ese olor a felicidad y a café, formará alguna de las arrugas que tendrá mi rostro o tal vez una cana, pero no sabré a cuál se irá, no podré decir: en esta arruga está aquel olor de un 30 de enero en la mañana. 

Está bien ser fugaz, está bien ser feliz y morir... Algunos alargan su estadía en la memoria de los hijos, o de sus obras... algunos hacemos canciones que tienen una esperanza de vida un poco más larga... Pero hasta los inmortales, los héroes, los grandes... se irán de la memoria con la humanidad... ¿Cuánto tiempo quedará a los humanos en este planeta? Este planeta que es tan grande para mí y tan pequeño para el universo. Siento vértigo cuando miro hacia arriba, hacia ese abismo del que el cielo parece sólo una pequeña ventana. 

Esta noche quiero mirar por la ventana y tratar de imaginar qué tan grande es todo allá afuera, pero primero tomaré otro café, esta vez con un poco de vainilla.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hablemos... ¿Qué opinas? ¿Tienes algo para contarme?