Un camino que no existía, que he ido creando, que aún es invisible para los que tienen el alma ciega, uno que yo apenas empiezo a recorrer, uno por el que voy despacio, sin prisa, tranquila. No tengo nada de lo que quiera escapar y mi corazón empieza a sonreír porque entiende que siempre ha sido libre y porque sabe que lo estoy escuchando, sabe que tiene un lugar privilegiado y que he ido construyendo un mundo subterráneo en el que puede descansar cada que quiera, cada que necesite bañarse en el río y dejar de escuchar al mundo de arriba, con sus afanes, pretensiones y vanidades. Que arriba se derrumbe todo, ¡no importa! Tengo hacia donde caminar.
Escribo por hábito, porque me ayuda a tener los pies en la tierra mientras construyo y expando mis alas. Este blog no tiene ninguna pretensión, salvo ser mi rincón en la web, en el que a veces descanso y me dejo llevar por las palabras. Aquí escapo del tedio, busco a la niña sabia que fui para que me guíe cuando me siento perdida en las rutinas, cuando siento que no soy suficiente... o cuando el miedo me ataca. Conoce más sobre mí en www.orianna.co
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