miércoles, 16 de septiembre de 2015

No ser perfecta...

Siento el piso en mis piernas... se siente bien, me siento como una niña chiquita cuando me siento en el piso y cuando camino descalza... mis pies son un desastre que adoro, he intentado que sean unos pies de princesa, piel hidratada y delicada, pero no me gustan, me gustan esos pies llenos de jornadas de entrenamiento en el asfalto, en el piso, en la grama, en la carretera... me gustan mis pies guerreros y así como me gustan mis pies, he aprendido a amar los defectos que, confieso, he tratado por todos los medios de eliminar o disimular toda mi vida, las piernas pequeñas y gruesas, mi rostro redondo, mi pelo no siempre liso y no siempre con el despeinado perfecto...

He dejado de luchar contra eso y es curioso que hoy disfruto mucho ser así, me gustan mis piernas gruesas y firmes, me encanta mi pelo natural, sin ese alisado perfecto que estaba de moda cuando estaba chiquita y por el que pasaba horas pegada de una plancha, me gusta mi cara redonda que me hace parecer un poco menor de lo que realmente soy... me encanta como soy, no me cambiaría por nadie, me encanta lo que mi cuerpo puede hacer, me encanta ser fuerte y ágil, ser pequeña y cachetona y malgeniada y creativa... no ser perfecta... y no es que no quiera mejorar o que nunca arregle mi pelo; pero me acepto, me amo y parto de mi realidad para crecer, para hacer lo mejor que pueda cada cosa que emprenda... he aprendido a perdonar los errores e incluso a aplaudirme por ellos, es mi estrategia para seguir intentándolo siempre...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hablemos... ¿Qué opinas? ¿Tienes algo para contarme?