miércoles, 18 de octubre de 2017

Mantenimiento

Ayer me derramé en el papel. No estoy preparada para compartir esa historia... Tal vez nunca lo haga. No tengo que hacerlo. Tal vez algún día sienta que lo necesito compartir... ¡Quién sabe!

Hoy estoy casi que obligando a mis dedos a que escriban... No quieren. Luna vino a hacerme compañía. Se despierta conmigo, se va a dormir con mi hermana cuando está muy temprano. Se acuesta cerca y me enseña a estar presente. 

Hay ruidos de helicópteros, ruidos en la cocina, ruidos más sutiles como los del computador. Los pájaros, esos seres que cantan más cuando hace calor... lo leí alguna vez, y lo he notado. Hoy vi un amanecer naranja. 

¿Por qué escribo? No es que lo disfrute siempre. Como respirar... ¿Por qué a veces respirar es un placer... y  a veces una necesidad? o comer... o dormir... 

He tomado solo un pequeño café. Quiero café. 

Hay conexiones que parecen innecesarias. No sé si lo son o no. La mayoría del tiempo las elijo, entonces supongo que son importantes para mí. Escribir es uno de esos puentes, a veces solo se trata de mantenerlo estable, no de cruzar, no de que haya una revelación, no de replantear mi camino. No todos los días tengo que descubrirme desde una nueva óptica... A veces solo escribo palabras de mantenimiento.  Y está bien.

Ahora mis dedos quieren seguir escribiendo... y yo les digo... ¡más tarde! 

Ellos no lo saben, pero los he engañado. Estoy activando su deseo sin que se den cuenta. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hablemos... ¿Qué opinas? ¿Tienes algo para contarme?