martes, 3 de octubre de 2017

Deseos

¿Qué es eso que deseo más que nada en el mundo? Hay muchos deseos fugaces... de los que se prenden y se apagan con rapidez, de los que a veces se llevan más de lo que me dejan, de los que cuando se apagan, se vuelven fríos. 

Hay unos deseos profundos, siempre cálidos, lentos, pacientes, oriundos de una dimensión en la que el silencio es posible; me llevan a esa dimensión por pequeños instantes, nacen con un fuego que es suficiente para que mi cuerpo esté tibio, y con la falta de gravedad suficiente para que mi corazón flote. 

Deseos caprichosos, deseos que exigen una locura suficiente como para ser yo misma, y una cordura suficiente como para oponer un poco de resistencia, para dejarlos descansar de mí algunos momentos. 

Cumplir con el deber antes de dejarse llevar, pero dejarse llevar... 



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