domingo, 17 de septiembre de 2017

Lo absurdo

Todo lo que se me ocurra, ¡qué carajos es esto! ¿Quién te crees que eres para delatarme de esta manera tan absurda? Escribir de forma irresponsable, ¿qué derecho tienes a la repetición?, al fin y al cabo, ¿no es lo mismo?... La época en la que todos opinamos así, con ligereza, sin argumentos, sin vocabulario, sin profundidad. ¡Y todo vale! 

Pero a veces todo lo que hay por dentro es basura, o ni siquiera, a veces son sombras de la basura ajena. Lo que crece desde la raíz es nutritivo y lleno de vida, pero necesita espacio, y a veces no hay, hay un exceso de excitaciones inútiles, irreales, de las que encadenan a los placeres superficiales, al anhelo de otro momento, entran en mi mente y se roban la profundidad de mi presente. 

¿No te pasa que te saturas de nada?, te llenas y no dejas espacio para lo importante. Y la cabeza cree que piensa, el cuerpo está desconectado, está en un encendido automático. Estar sin escuchar es no estar. La mente es ese sapo que muere calcinado sin darse cuenta. Qué difícil es mantener limpio el mundo interno, tantas obviedades complejas.

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