¿Cuántas mariposas en el estómago es uno capaz de soportar? Creo que así se mide la fortaleza del soñador. Una adicción a estar un poco asustado, y ahí está uno siempre: en la cuerda floja. Y uno vuelve y se pregunta, ¿por qué carajos no tomo el camino seguro?... y no, es que no es divertido. Es una adicción a la diversión, al juego.
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