lunes, 13 de junio de 2016

Escenas imaginarias

Mis ojos se están cerrando. Siento hierba fresca en mis hombros y un viento suave que empieza a ser frío en mi cara. Olor a verde, aún hay sabor a chocolate en mi boca. El sonido de los grillos, los sapos, las hojas sacudidas por el aire... su mano se desliza. 

No logro descifrar qué quiero que él diga en este cuadro imaginario. Tal vez quiero que no diga nada con palabras... Estamos entonces en silencio en una noche sin luna, en la cima de una montaña...

A veces en mi mente hay escenas mezcladas: el ayer, el mañana y este momento... A veces viajo a una escena imaginaria como la anterior, cuando, como hoy, descubro que hay un loop de un pensamiento. Eso que dije, eso que dijo alguien, eso que me preocupa, eso que tengo que hacer... 

Entonces leo sobre una chica que atraviesa Rusia para estar con su amigo que ha sido desterrado de San Petersburgo; o cierro los ojos y me recuesto sobre el pasto en compañía de alguien que aún no he conocido. 

Todo para detener el loop, para darle next a aquel pensamiento que acapara mi presente. Nada peor que mi mente aburrida de la misma frase que sé que es inútil, de la misma idea sin posibilidades de crecer...

 Las escenas imaginarias son mis puentes al ahora. Me hacen sentir mejor, sonrío y regreso a casa.

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