domingo, 19 de junio de 2016

¡Debe existir una mirada que contenga el mundo!

Últimamente he pasado mucho tiempo sola. La mayoría de las veces me siento bien, me encuentro conectada, tranquila y feliz. A veces, no. A veces, me siento inconforme... No es suficiente; hay algo que no estoy haciendo bien. ¡Qué ganas de salir corriendo de acá! ¡Qué ganas de que todo fuera diferente!... Ni siquiera sé de qué forma, sólo diferente...

¿No nos sentimos todos así? siempre inconformes... Yo vivo constantemente en esa dicotomía. Un día adoro las pequeñas cosas de la vida. El aire que llega a mis pulmones y que me mantiene con vida, el corazón latiendo más fuerte o más lento, el café, el agua caliente recorriendo mi cuerpo, ese acorde, esa nota, esas palabras... Pero a veces no es suficiente. A veces quiero nuevas sensaciones, nuevos horizontes... A veces tengo la sensación de que hay algo más de lo que me estoy perdiendo y esa idea no me gusta... ¡No quiero perderme de nada! ¡La vida es tan corta!

A veces la música es el romance eterno que me hace sentir que vale la pena dedicar la vida a algo, elegir... La música me enseña a amar... Siempre he deseado a alguien así... Alguien que te haga saber que no es necesario nada más; una mirada que te diga sin palabras "no te pierdes de nada" "todo está en este instante en el que nos acercamos para darnos un beso" 

¡Debe existir una mirada que contenga el mundo!

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