domingo, 2 de noviembre de 2014

Eso bonito que tienen los hombres: ¡Salvar la princesa!

Yo sé que podemos abrir la ventana, cargar las bolsas, pagar las cuentas, manejar en cualquier circunstancia, resolver todo tipo de problemas sin la ayuda de los hombres... Pero porqué dejar de ver la sonrisa de satisfacción de "He salvado a la chica"... Es lo más dulce del mundo y lo confieso: me encanta poner cara de "no soy capaz de abrir esta cerveza, ¿me ayudas porfa?"

Tal vez es algo que está en el subconsciente, eso de sentirse superhéroe en los detalles más pequeños, tal vez venga de nuestros antepasados fuertes que protegían a su familia... no lo sé, sólo sé que me derrite esa sonrisa de satisfacción en el rostro del chico que salva el día. 

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