Creo que la vida no se mide en tiempo sino en acciones relevantes. Es tan fácil dejarse engañar y llevar por la cotidianidad, por las costumbres, por lo que se supone que debe ser; es tan fácil poner la balsa en el río, mirar el paisaje y esperar, seguir la rutina que la sociedad ya ha establecido. Las acciones a las que me refiero son aquellas conscientes, diferentes y arriesgadas, porque nos sacan de la ruta, porque crean un camino propio.
Es tan fácil dejarse marchitar por el miedo, apagar uno mismo su luz para que nadie nos vea y no nos puedan lastimar y no remar para no alejarse de los otros. Pero para algunas personas vivir así no es suficiente; estamos sedientos de una vida más interesante, somos aquellos que vamos creciendo y aprendiendo a medida que cometemos todos los errores posibles, somos aquellos que miramos la vida a los ojos y le decimos: ¡Quiero más! Más trabajo, más retos, más canciones, más kilómetros por correr, más páginas en blanco por dominar, más paradigmas por romper, más temores por vencer.
A la larga siempre es uno y su capacidad de dominar sus propios demonios.
Tus palabras me aparecen como agua en el desierto. Un saludo muy especial Orianna bonita.
ResponderEliminarGracias por leer... Tus palabras me alegran la mañana. ¡Un saludo y un abrazo!
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