miércoles, 28 de octubre de 2015

Soledad

Estamos solos... completamente solos. Nadie está obligado a respaldarte, ayudarte, apoyarte, quererte, comprometerse contigo... Cada uno está en su camino, con sus metas, ansiedades, retos y problemas. Pero eso está bien, entenderlo es estar en paz. Es valorar inmensamente cuando hay personas que tienen gestos temporales de acompañarte, no tienen porqué hacerlo y les nace, eso es bonito... Es también dar sin esperar que la otra persona te lo devuelva, sólo dar porque en ese momento es natural para uno. Sólo cuando entiendo que estoy sola, soy feliz... No existe la ansiedad porque alguien no esté allí resolviendo mis problemas o acompañando un momento particular. Entiendo que no es responsabilidad de nadie hacerlo... y continúo, tranquila, con el corazón en paz, fortalecido y abierto, sin miedo, sin expectativas, haciendo lo que mejor sabe hacer ¡amando la vida! y empujándome hacia el próximo reto... 

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