jueves, 1 de octubre de 2015

Eternidad

Le he robado 10 minutos a la eternidad... o he hecho 10 minutos eternos... Es la fórmula que he encontrado para nunca morir, es decir, para nunca abandonar los únicos deseos que valen la vida, los deseos del alma. Estos 10 minutos que hago míos varias veces al día los dedico a vivir, a ser yo, a hacer nada si siento que lo necesito, a respirar, a escribir lo que quiera, sin importar lo inútil o sinsentido que parezcan estas palabras... ¡no importa! son mías, las escribo porque quiero...

nunca dejo de maravillarme con la intensidad que toman estos 10 minutos, uno está, uno sabe que acabarán, pero no acaban y uno no sabe cuándo, existe la posibilidad de que sean para siempre, existe la posibilidad de que muera ya en algún momento entre los 10 minutos, existe la posibilidad de que siga escribiendo y la alarma nunca suene... a veces pasa... siento que nunca sonó hasta que lo hace...

digo es mi herramienta porque puedo estar al borde de un colapso nervioso tratando de resolver cosas que parecen importantes... dinero, personas, trabajo, gestiones... uno ser pierde ahí... ruido, cansancio... pero en estos 10 minutos esas cosas se hacen insignificantes, se hacen como un juego divertido que resolveré ahora, cuando acaben mis 10 minutos de aire, de palabras, de mí:  "denme un momento cosas mundanas; estoy hablando con mi alma, las atenderé en 10 minutos"

10 minutos que hacen que uno vea la vida diferente, que me hacen feliz, que me regalan paz, que me hacen eterna, que me aseguran que nunca dejaré de luchar por mis sueños... porque me hacen capaz de sobrellevar cualquier reto sin quebrarme, no prometen nada pero me mantienen sana, me mantienen completa...


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