martes, 6 de octubre de 2015

Viaje... escrito sin ordenar y sin editar

Fui al bosque, bajé por el árbol y hablé con él... No me respondió absolutamente nada, como si no le importara, como si no tuviera nada que ver con él o conmigo... nada específico, nada de: "debes hacer esto o aquello"... sólo aparecí en diferentes vestidos, uno era rosa claro, no me gustó... y de repente era mucho más robusta, luego el vestido cambió, era del mismo color pero con menos telas, una túnica rosa, un poco menos fea y ahí estaba yo, ahora en los huesos, mucho, mucho más delgada... no me gusté en absoluto... luego me dijo: debes entender que eres de la única forma que se puede ser... o algo así... no me lo dijo con palabras, pero sé que eso fue lo que dijo en su manera extraña... que sólo sintiéndome cómoda, absolutamente cómoda y sin dudas, podría seguir tranquila... le pregunté si eso solucionaría todo y me dijo que no, creo que se reía de mí, como si fuera obvio que era algo que no cambiaría absolutamente nada... 

Esta vez tuve que bajar mucho más para encontrarlo, tal vez había mucho ruido o tal vez he estado muy arriba, muy inmersa en la superficie, el caso es que la escalera parecía interminable y yo seguía bajando y bajando... pasé por agua, de hecho sentí que crucé varias lagunas antes de llegar a la mesa donde él me esperaba... de hecho, creo que nunca me espera y siempre me espera... es extraño... Ahí estaba él, sentado, tranquilo, como siempre, tomaba algo, creo que siempre toma agua... me ofreció pero dije que no...  luego me dijo que dejara ir... que tenía cargas inútiles, que porqué las cargaba... me quitó algunas (como sombras) y las arrojó de mí... Fui yo quien decidí pararme porque sentí que se acababa el tiempo y subí a la superficie... escuché el taladro, los carros... volví a la vida terrenal... tal vez más tranquila, tal vez igual, tal vez un poco más ligera... 

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