martes, 5 de diciembre de 2017

Morir

Estaba muerta... Por alguna razón, aunque me sentí triste, lo que más me afectó fue ver las hojas en su boca. Masticaba con calma al momento de morir. 

Ponerme en su lugar fue sentirme un poco mejor. Creo que para esa hermosa iguana daba igual cada momento. Nacer, respirar, caminar, trepar un árbol, dormir, ser una pintura que se mueve o que se queda quieta para quienes tenemos la suerte de mirarla. Ponerme en su lugar fue entender que cuando pasaba la calle no sabía que moriría; masticaba tranquilamente las hojas verdes. Yo caminaba cansada, irritada, con ganas de llegar a casa y maldiciendo las vueltas pendiente, Yo ausente... Ella en cambio vivía y moría. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hablemos... ¿Qué opinas? ¿Tienes algo para contarme?