Ellas crecen, cuando las miras sienten lo mismo que tú. Te llaman, no saben bien porqué. De pronto es que les gusta descubrirte como nadie lo ha hecho, ¡mirándome!
A veces solo llaman a tu mano izquierda, la invitan a caminar. A veces llaman a tu boca. Es cuando ocurren las inundaciones, cuando te escribo.
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