miércoles, 11 de marzo de 2015

LLUVIA

Puedo sentirla sobre mi piel, me gusta correr sin ropa bajo la lluvia, podría decir que nunca lo he hecho, pero sé que me gusta. El olor a hierba fresca; mis pies sobre el pasto y la tierra húmeda; las gotas frías corriendo por mi rostro; el viento que me ahoga sin ahogarme; el corazón latiendo como nunca; los poros en mi piel tan vivos como es posible estarlo; los colores azules de un cielo lejano y el gris que está sobre mi cabeza que no tiene nada que envidiarle, un gris de ensueño. El tiempo parece detenerse y olvido el temor normal de pensar en qué dirá la persona que me vea desde el balcón corriendo en un parque bajo la lluvia. El frío no me importa tampoco, se va, no está, no hay nada, sólo este instante... 

Hoy no llueve, hoy no corro, hoy estoy sentada es una banca cualquiera de un parque de la ciudad, está bastante fría y apoyo mi portátil sobre una mesa de cemento. Escucho el anhelo de otros días, es sed de lluvia, ganas de abrir la boca hacia el cielo y beber la lluvia fría que bajará por mi lengua con sabor a beso... y soy ella... a veces quiero ser lluvia, a veces imagino que caigo y vuelo de vuelta al cielo... ser fría y cantar, ser todo y ser sola, ser vida y ser nube, ser tormenta y ser laguna.


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