miércoles, 24 de abril de 2019

De la pomposidad de las luchas internas

Los peores seres humanos, los que han cometido los actos más  perversos, podrían mirarnos a los ojos y hacernos ver en ellos bondad y dulzura. De hecho, podrían hacernos creer que son una especie de ser de luz incapaz de dañar. Construyen un mundo interno que es de cierta manera un escape a sus actos macabros. 

Conocí uno de esos seres. 

Han pasado años y apenas empiezo a entender. Cada que encuentro este arquetipo en una película, un libro o una historia, lo veo claramente.

En la verdad y en la bondad hay una sencillez que reconoces. Había en él algo falso, algo forzado, algo que nunca encajó del todo. Todo era demasiado "moralmente" correcto, eso no es natural. 

He conocido ateos y hedonistas cuya transparencia me devuelve la fe en las personas. Desconfío del halo de superioridad moral que se construye alrededor de las religiones, de las sectas de superación personal, y hasta del Zen. Leí que los japoneses utilizaron el Budismo para justificar masacres a otros seres humanos, veían su sable en el enemigo como parte de una danza cósmica. 

No me hables de luchas internas mientras dañas a otros, mientras justificas actos que están claramente mal. Solo que no están mal si tú los cometes porque tienes una razón, tú sí sueñas con cambiar, tú si entrenas tu espíritu, tú creas toda una narrativa que sientes que te absuelve de las leyes morales que aplican a los demás. 

Algo me dice que actuar con profunda coherencia, en silencio, en lo pequeño, debe ser el camino hacia Dios, o hacia la dicha, o hacia la belleza, o como quieras llamarlo. Por algo es tan difícil, raro y hermoso cuando lo vez. Las luchas internas pomposas del que no duerme tranquilo están sobre-valoradas, son pura basura.  

Meditar, orar, entrenar el espíritu son actos profundamente personales. No te hacen mejor. No te absuelven de nada. Creo que a todo el mundo le viene bien para ser más eficiente, más creativo, más feliz. 

Parece contradictorio pero no lo es. No digo que meditar te haga malo. Digo que hay personas que se esconden ahí para justificar su maldad. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hablemos... ¿Qué opinas? ¿Tienes algo para contarme?